En el campo de los coches eléctricos pocas voces tan prestigiosas como la de Sandy Munro. El ingeniero especializado en analizar hasta el más mínimo detalle de cada coche que cae en sus manos ha tenido la ocasión de probar el nuevo Toyota bZ4X y contar su experiencia a través de su canal de YouTube. Las primeras impresiones arrojan conclusiones positivas, aunque el americano también reconoce que hay detalles del eléctrico japonés que no terminan de convencerle. Y, de entre todos, destaca sobre todo un problema clave.
Los japoneses llevan meses en el ojo del huracán acusados de una mala estrategia de electrificación. Toyota, el mayor fabricante del mundo, lleva años de retraso con respecto a sus competidores. El año pasado deberían haber lanzado su primer coche eléctrico y lo hicieron, pero, desde un principio, el bZ4X ha tenido problemas de diferente índole.
Nada más arrancar la etapa de comercialización a escala global, el modelo japonés tuvo que ser retirado del mercado por un fallo de seguridad. Los pernos de anclaje de las ruedas podían romperse y a los ingenieros japoneses les costó tres meses solucionar el fallo. Tres meses de retraso que se acompañaron de una mala imagen de marca. Tras haber solucionado los problemas, Toyota relanzó el modelo y fue entonces cuando llegaron las críticas por la mala autonomía en climas fríos. De los 470 kilómetros de autonomía homologada sólo fue capaz de completar una distancia de 245 kilómetros. Inmediatamente, la compañía lanzó una investigación de la que nada más se supo.
El hecho de que el bZ4X haya pasado por las manos de Sandy Munro puede ser el último clavo en el ataúd del primer coche eléctrico de Toyota o un resurgimiento muy especial. El experto americano arranca su vídeo de análisis aclarando que sólo ha dispuesto del coche una sola noche. En lo positivo, Munro destaca que le gusta el diseño interior del Toyota, además de reconocer que hay buena calidad en sus acabados y en la ejecución. Asegura que está bien equipado y que la baja posición del volante le parece un acierto ya que no reduce la visión del conductor.
También destaca detalles mínimos como la cortinilla del techo panorámico, reconoce su utilidad en los días de verano, y la presencia de un cargador inalámbrico. Sin embargo, no todo es positivo para Munro: en su opinión, el volante presenta demasiados botones que pueden suponer un problema de distracción para el conductor. Tampoco ha quedado muy convencido con respecto al botón de arranque, considerándolo superfluo e innecesario, habida cuenta de que muchos eléctricos no requieren de un botón analógico para ponerse en marcha o parar.
Con respecto a la conducción, Munro todavía tiene mucho que analizar, pero sí que ha destacado un par de detalles que no le han convencido. Lo primero es que reconoce que el ruido del motor delantero se filtra en exceso al habitáculo y que también hay demasiada rumorosidad causada por el aire. Otra de sus críticas se centra en que el Toyota bZ4X no dispone de un formato de pedal único. Asegura que no ha sido capaz de lograr que el coche se detenga por la acción de la deceleración y considera que es un fallo importante. Sin embargo, lo peor de todo es el precio. Munro aconseja a Toyota bajar las tarifas para, así, distanciarse del Tesla Model Y. O lo hace o cree que no va a tener éxito en Estados Unidos.
