Como se suele decir: ocurre en las mejores familias. Las llamadas a revisión son el pan nuestro de cada día en la industria del automóvil. No hay marca que se libre de pasar por el vergonzoso momento de avisar a sus clientes para que se pasen por el taller ante un potencial riesgo o problema detectado en su coche. Lucid Motors ha perdido la virginidad y ha realizado su primera llamada a revisión ante un posible problema detectado en la suspensión delantera.
Muchos piensan que cuando un coche sale a la venta la marca paraliza su desarrollo, pero nada más lejos de la realidad. Los grandes fabricantes mantienen unidades de prueba para detectar posibles fallos en la seguridad y en la mecánica. Problemas que pueden terminar causando daños mayores y que supongan a la compañía importantes desembolsos en litigios y reparaciones. Se trata de una maniobra defensiva que, aunque acarrea cierta vergüenza, permite prevenir antes que curar. Ahora ya lo saben en Lucid.
Lo bueno, por mirarlo desde algún punto de vista, es que Lucid Motors no tendrá que llamar a muchos clientes. El Air, su primer producto, es uno de los eléctricos más avanzados del mundo, pero también uno de los más caros. Tal es su precio que pocos clientes se han lanzado a la aventura de comprarse uno. Ante semejante circunstancia, la llamada a revisión tan solo ha afectado a 203 clientes, que tendrán que dirigirse al taller oficial para solventar el problema detectado en una prueba de esfuerzo.
Hay que comentar que por el momento no se han detectado problemas en ninguna de las unidades que ya circulan en carretera. Lucid Motors ha optado por ser precavido y no esperar a que ocurra un problema del cual tenga que lamentarse y que produzca graves daños de imagen a la marca. Se trata de una revisión preventiva que afecta al 40% de los más de 500 modelos Lucid Air Dream Edition que han sido vendidos.
Según la compañía, la operación de revisión apenas dura una hora. En esa hora, los técnicos revisarán la instalación de la suspensión delantera. Al parecer, un 1% de las unidades fabricadas podría presentar un problema de seguridad en el montaje que acabaría causando un colapso de la suspensión frontal. En caso de que el coche revisado presente la enfermedad, Lucid cambiará la suspensión delantera de ambas ruedas, tardando un máximo de cuatro horas. Sin coste alguno para el cliente.
El colapso de la suspensión sólo afectaría a modelos fabricados este mismo año, de ahí el bajo número de unidades a revisar. A pesar de ello, los mercados no han desaprovechado la ocasión para poner en duda la valoración de la compañía. Al cierre del parqué en la jornada Lucid Group se había dejado un 5% de su valor. Como hemos dicho al principio, es algo por lo que tienen que pasar todos los fabricantes al menos una vez en la vida. Otra cosa es que las llamadas a revisión y los problemas de seguridad se sucedan, ahí la imagen sí que se vería muy condicionada, ¿o no?