La idea de alimentar un motor térmico con hidrógeno vuelve a estar en auge tras un largo tiempo en el que quedó de lado en favor de las pilas de combustible de hidrógeno (que alimentan motores eléctricos). Ahora, el fabricante alemán de equipos Mahle no quiere dejar pasar esta oportunidad en la que la industria parece bendecir esta tecnología para adaptar pistones, bielas y otras piezas internas de un motor de combustión a este elemento químico.
Anteriormente, BMW y Mazda han sido los fabricantes que más se han interesado por utilizar hidrógeno como combustible para propulsar sus vehículos. Sin embargo, tras un periodo de trabajo prolongado, los experimentos con motores térmicos propulsados por hidrógeno parecían haber caído en el olvido. La razón de eso la tuvieron unas prestaciones demasiado bajas: un enorme V12 6.0 atmosférico del BMW Serie 7 E65 pasó de 445 CV a tan solo 260 CV al pasar de utilizar gasolina sin plomo a hidrógeno.
Toyota dio la sorpresa en la primavera de 2021 al anunciar que estaba trabajando en una solución similar, esta vez con un motor tricilíndrico 1.6 turbo procedente del GR Yaris para la que se anunciaba una pérdida de potencia mínima. Recientemente, marcas como Porsche y Alpine también han anunciado que están trabajando en proyectos relacionados con el hidrógeno.
Ahora, es Mahle el que anuncia los resultados de sus trabajos. Conocido entre otras cosas por fabricar piezas para motores de combustión, el fabricante alemán presentará en el IAA Transportation de Hannover un motor térmico adaptado al hidrógeno que se integraría dentro de su programa de desarrollo de equipos adaptados a una movilidad sostenible.
La única imagen desvelada por el momento, generada por ordenador, muestra un motor de seis cilindros en línea, aunque no se ha confirmado que se mantenga esta arquitectura en el desarrollo final. De hecho, no se han comunicado las características técnicas precisas y Mahle indica que su trabajo se puede aplicar a muchos fabricantes y tipos de motores.
Añade que la mecánica que utiliza este elemento químico podría soportar muy bien el calor, la contaminación, las vibraciones o incluso variaciones repentinas en la velocidad del motor. Por lo tanto, podrían prestarse muy bien a vehículos con un largo ciclo de vida, como los utilitarios. Se trataría por lo tanto de una solución similar a la de la starup Keyou, dirigida por un ex ingeniero de BMW y está en las antípodas de la de Toyota, que por el momento está más centrada en los deportivos de competición.
Los cambios realizados en el bloque también parecen más significativos que los realizados por Toyota. Si bien este último solo había mencionado un circuito de combustible reelaborado y un sistema de inyección para su tres cilindros, Mahle se ha centrado más en los componentes internos, una de sus especialidades. Los pistones, su eje y sus segmentos o incluso las bielas serían todos específicos. En algunos casos, también puede ser necesario revisar la camisa del cilindro y añadir un sistema de percusión de alta presión para limpiar el cárter de todas sus impurezas.
Estas transformaciones pueden aumentar algo los costes, aunque es un problema que absorbería la producción en volumen. Lo más complejo para resolver son los problemas relacionados con la producción, el almacenamiento y el transporte de hidrógeno. De momento, a la mayoría de los expertos les cuesta imaginar que esta solución pueda convertirse en una alternativa viable a las baterías electroquímicas y a los vehículos 100% eléctricos.