Bosch comenzará a fabricar chips carburo de silicio en una nueva instalación en Dresden, en la que ha invertido un billón de euros y que le posiciona como proveedor de una gama completa de productos semiconductores que se utilizan en los vehículos eléctricos, conectados y autónomos. Con los semiconductores de carburo de silicio que "aportan más potencia a los vehículos eléctricos" su autonomía podrá aumentar hasta en un 6%, ha asegurado Harald Kroeger, miembro del consejo de administración de Bosch
Bosch es uno de los proveedores más importantes de la industria automotriz, y una de las empresas que más está apostando por la electrificación del automóvil. Con el objetivo de reducir la ya famosa ansiedad de autonomía de los coches eléctricos, ha comenzado la producción de chips de carburo de silicio.
El silicio es el componente fundamental de los chips que actualmente manejan los motores de los vehículos eléctricos. El carburo de silicio es una alternativa a este material, más conductor, y que hace posible que se incremente la frecuencia de conmutación de los motores, reduciendo la temperatura y aumentando la autonomía.
Bosch fabricará los chips de carburo de silicio en su planta de Reutlingen, cerca de su sede en Stuttgart, mientras finaliza la construcción de la nueva planta de fabricación de chips en Dresden, en la que ha invertido un billón de euros y en la que empleará a más de 700 personas. Esta instalación supone una de las mayores inversiones de la empresa alemana, con la que busca liderar el mercado de los chips. También quiere fortalecer su posición como suministrador de circuitos integrados de aplicación específica (ASIC) que, en la electrónica de potencia de los vehículos se encarga de gestionar desde el funcionamiento de las ventanillas eléctricas hasta la transmisión.
Las obleas de 300 mm de diámetro permiten fabricar más chips en cada una.
Bosch estima que la producción de la conocida como 'Silicon Saxony' comenzará a finales de 2021. Los chips de carburo de silicio se fabricarán a partir de obleas con un diámetro de 300 mm, mayores que las que se emplean en la producción de los chips existentes actualmente, cuyos diámetros están entre 150-200 mm y que, por lo tanto, permiten fabricar más chips en una sola oblea.
Según las estimaciones de la industria, un vehículo promedio contiene chips por un valor de aproximadamente 370 dólares. Esta cifra aumenta hasta los 450 dólares en el caso de un vehículo 100% eléctrico. En los vehículos autónomos sin conductor el valor de los chips alcanza los 1.000 dólares. Si se añaden 100 dólares más para las funciones de información y entretenimiento, cada automóvil contendrá 1.900 dólares en semiconductores, los que los convierte en una gran oportunidad de crecimiento en una industria automotriz que lucha contra el estancamiento de las ventas. Las características que ahora solo se implementan en vehículos de lujo se extenderán a los modelos del mercado, reconoce Bosch.
Según Strategy Analytics. Bosch es el sexto proveedor en el mercado de semiconductores para la industria automotriz con una facturación de 38.000 mil millones de dólares el año pasado y una participación del 5,4% del mercado.