Según el último informe de BloombergNEF (BNEF), en 2019 el precio de las baterías ha llegado a los 156 $/kWh (140 €/kWh), lo que supone una caída del 87% respecto a los 1.100 $/kWh (990 €/kWh) de 2010. Según la consultora, en 2024 el precio promedio estará cerca de los esperados 100 $/kWh (90 €/kWh), el límite estimado por los expertos con el que se igualará el precio de venta de los coches eléctricos con los de combustión.
La reducción del precio de las baterías en 2019 tiene su principal causa en el aumento del tamaño de los pedidos. Tanto el incremento de ventas de vehículos eléctricos como el aumento de la capacidad de sus baterías han hecho crecer significativamente esta cifra de negocio, poniendo en marcha la tan esperada economía de escala. La introducción de nuevos diseños, materiales y empaquetados, junto a la caída de los costes de fabricación reducirán todavía más los precios a corto plazo.
El informe de BNEF se basa en la Encuesta sobre de precios de baterías que el organismo lleva realizando desde 2010. Los resultados de 2019, fueron publicados en el BNEF Summit de Shanghái. La predicción es que a medida que crece la demanda, que superará los 2 TWh en 2024, el precio del kWh de batería caerá por debajo de los 100 $/kWh (90 €/kWh). Los expertos consideran que este es el límite en que los vehículos eléctricos comenzarán a venderse al mismo precio que los de combustión. Estas cifras varían significativamente por regiones y por el segmento de los vehículos.
Según las previsiones de BNEF, en 2030 el mercado de las baterías alcanzará un valor de 116.000 millones de dólares al año sin incluir lo que aporta la cadena de suministro. Sin embargo, "a medida que los precios de las celdas y los paquetes se reducen, los compradores obtendrán más valor por su dinero del que obtienen hoy" afirma James Frith, analista de BNEF y autor del informe.
amaño anual del mercado de baterías de iones de litio. Fuente: BloombergNEF.
El proceso de estandarización y la economía de escala
El número de sectores relacionados con el transporte que se electrificarán irá creciendo a medida que el precio de las baterías se reduce. Un ejemplo de esto son los vehículos comerciales como las furgonetas eléctricas de reparto, para las que la oferta está creciendo muy rápidamente. Esta circunstancia conducirá a una diferenciación en las especificaciones de las celdas de las baterías en función del vehículo y de su cometido. No se requerirá lo mismo de las baterías de una furgoneta eléctrica de reparto que de las de un coche eléctrico particular. En el primer caso, la mayor frecuencia en la renovación del vehículo permitirá que la vida útil de la batería no sea un argumento importante para su compra, ya que se beneficiará del avance tecnológico con mayor facilidad. Sin embargo, en el caso de un vehículo particular, si este es de alta gama, se priorizarán una larga vida útil. En el caso de los vehículos eléctricos destinados al mercado masivo, la prioridad será el bajo precio de la batería.
El continuo descenso del precio de las baterías durante la década de 2020 se logrará mediante la reducción de los costes de fabricación. Estos vendrán dados por las nuevas tecnologías de materiales que aumentan la densidad de energía a nivel de cátodo y celda y el cambio en las cadenas de suministro por la ampliación de la capacidad de producción de las instalaciones existentes.
Los principales fabricantes comenzarán a producir y utilizar plataformas eléctricas a medida, lo que simplificará el diseño de los paquetes de baterías hasta llegar incluso a estandarizarlos. Un diseño simplificado es más fácil de fabricar y de escalar de forma que la modularidad sirve a vehículos pequeños, medianos y grandes.
El cambio en el diseño del paquete también permitirá que los sistemas de administración térmica sean más simples reduciendo el espacio requerido para cada módulo. Además, cuando los fabricantes comiencen a adquirir las celdas a múltiples proveedores para una única plataforma, también la estandarización llegará al diseño de celdas.
Mercado eléctrico: 2024 y más allá
La demanda de vehículos eléctricos está creciendo y, en consecuencia, las cadenas de suministro están cambiando. Cada vez más, los fabricantes de baterías están construyendo plantas en diferentes regiones, lo que ayuda a reducir los costes asociados con la importación de celdas, especialmente los relacionados con el transporte y los aranceles.
BNEF prevé que el camino para alcanzar los 100 $/kWh en 2024 es prometedor, a pesar de los obstáculos que puedan surgir. Sin embargo, hay mucha menos certeza sobre la reducción de esos 100 $/kWh a los 60 $/kWh previstos para 2030, no porque sea imposible, sino por la gran cantidad de variables y opciones que entran a formar parte de la ecuación.
Las nuevas tecnologías como los ánodos de silicio, los electrolitos sólidos y los nuevos materiales para el cátodo serán claves para ayudar a reducir los costes, concluye el informe.
