La revolución tecnológica que lleva aparejada la movilidad eléctrica está cambiando por completo el panorama humano asociado a la industria automovilística. Así al menos se desprende del estudio “Tendencias Globales de RRHH en Automoción” elaborado por la consultora Gi Group Holding, consultora de RRHH de origen italiano que ocupa el puesto número 5 del ranking europeo del sector.
Que los gustos de los consumidores están cambiando lo demuestran las ventas. Según recogen en el estudio, en 2023 en el mundo se vendieron más de 14 millones de vehículos eléctricos un incremento de más tres millones con respecto al año anterior. Unas cifras que en realidad hacen referencia a todos los electrificados o alternativos (híbridos e híbridos enchufables), tal y como recoge Statista.
Volviendo al informe de Gi Group Holding, las previsiones de ventas de coches eléctricos de aquí a 2030 es de 40 millones al año. Y aunque los números para España son mucho menores (111.000 vehículos electrificados matriculados en 2023 y una previsión ascendente hasta alcanzar los 279.819 al año en 2030, según Ganvam , lo que es indudable es que el vehículo electrificado va a tener una presencia máxima en los próximos años y eso requiere un cambio también en el sistema productivo.
Aunque también es cierto, como recuerda José Luis Aguado García, Operations Manager en Gi Group Spain ETT, que “Las necesidades de cualificación no van a diferir demasiado de las que se requieren con los vehículos de combustión, ya que estos también cuentan con sistemas de electrónicos de control y seguridad muy complejos.”
Como bien señala Aguado, no hay que olvidar que “el vehículo eléctrico, a excepción del motor y las baterías, es como un vehículo convencional de combustión interna. Es decir, la carrocería, suspensiones, dirección, interior del habitáculo, etc, son idénticos en ambos tipos de vehículos. Luego, a este respecto, las necesidades de mano de obra y cualificación son similares”.
Ahora bien, si nos centramos en la batería y las especificaciones de la propulsión entonces sí que “sí que hablamos de algo muy diferente. Se trata de un motor eléctrico que cuenta con muchos menos componentes a la hora de su fabricación, el montaje es más sencillo y puede estar más automatizado. También las baterías requieren su proceso de fabricación específico.”
Un sector con oportunidades de crecimiento y tecnológicamente avanzado
Veamos entonces primero cuál es el perfil genérico del trabajador del sector de automoción. Tal y como señalan en el informe, el sector de la automoción no es uno de los más atractivos para los profesionales, ya que ocupa el puesto número 12 de preferencias. Sin embargo, es uno de los que mejor valoración recibe de los trabajadores que ya desempeñan su actividad en él: el 90% valoran como satisfactoria su experiencia.
Por otro lado, según este estudio, para el 70% de los encuestados lo que más le atrae de la industria automovilísitca es la pasión por los coches, seguido muy de cerca de las oportunidades de crecimiento y desarrollo profesional (69%), y la posibilidad de trabajar con tecnologías avanzadas en automoción (68%).
Y aquí entramos en un factor muy interesante y es que los trabajadores más jóvenes, Generación Z y Millennials, encuentran el sector más atractivo que la Generación X y los Baby Boomers por su naturaleza de empresas altamente innovadoras y centradas en la tecnología, algo que se ha visto acrecentado en los últimos años con la irrupción del coche eléctrico. Y un último apunte demográfico, la presencia femenina todavía es ligeramente inferior a la masculina en las plantas de producción.
Competencias y habilidades específicas
En lo específico, es decir, en lo que se refiere a a la fabricación de baterías, tal y como reconoce Aguado, “sí va a requerir una formación específica. Además, se debe seguir avanzando en investigación para aumentar su capacidad de carga y rapidez de recarga para ampliar la autonomía del vehículo. También en lo que se refiere a la seguridad frente a accidentes o auto-incendios de la propia batería. Otro reto importante es la mejora de su vida útil y el reciclaje de las mismas”
De hecho, tal y como recogen en el estudio de GI Group Spain ETT, el movimiento hacia los vehículos eléctricos supondrá un gran impacto en la fuerza laboral, ya que, tal y como se puede extraer a patir de las sencuetas, los perfiles más demandados serán los técnicos mecánicos (52%), técnicos de mantenimiento (48%) e inspector de control de calidad (33%).
En este contexto, el 54% de los trabajadores del sector automotriz en España consideran que los trabajos manuales serán los más afectados por la tecnología, seguidos de los ingenieros 44%, trabajadores de oficina 37%, y por último los vendedores con un 27%.
¿Y qué pasa con las habilidades? Según los profesionales encuestados las principales serán la competencia en electricidad y electrónica (47,2%), el dominio tecnológico (46,3%) y los conocimientos de mecánica (40,3%). En España, en concreto, las habilidades más demendadas serán la tecnología de vehículos eléctricos (35,1%), las habilidades de inteligencia artificial y aprendizaje automático (36,6%) y las tecnologías sostenibles (31,5%).
Los profesionales más demandados
Y en cuanto a profesionales, los más demandados serán los ingenieros de automoción (36%), especialistas en TI (35%) y especialistas en datos (28%). Por países, los puestos más demandados en España serán especialistas en TI según el 51% de los encuestados, seguidos de Ingeniero automotriz (38%) y Manager de Investigación y Desarrollo (35%).
La buena noticia es que en España, tal y como señala Aguado, “hay profesionales preparados para afrontar estas nuevas necesidades, aunque no en el número que la industria está demandando en este momento. Se necesitan profesionales cualificados sobre todo en la familia de la electrónica y la robótica. Actualmente, todos los alumnos que finalizan cada año su formación en los Centros de Formación Profesional, son incorporados de inmediato al mundo laboral”.
Ahora bien, insiste, "en el sector automoción, la formación continua y el apoyo de un experto en recursos humanos son cruciales para captar y desarrollar talento especializado. Invertir en la formación de nuestros técnicos y en la mejora del employer branding garantiza la retención de profesionales clave y fomenta la innovación y el éxito de la industria”