Pocas veces en la historia reciente del automóvil un futuro modelo ha levantado tantas dudas en torno a su desarrollo como el que nos vuelve a ocupar. La pasada semana vimos unas sospechosas imágenes de lo que parecía ser el coche eléctrico más barato de Tesla, y salían a la luz tan sólo unos días antes de que la marca facilitara algunas claves y detalles sobre su producción y tecnología. Ahora, gracias a Drive, hemos vuelto a ver imágenes del nuevo modelo, esta vez de manera más detallada y cercana a la unidad en cuestión.
Con esta nueva remesa de instantáneas, se certifica un aspecto que generó controversia sobre el modelo avistado anteriormente (no se sabe si se trata de exactamente la misma unidad o de otra distinta). Y es que, aunque el modelo fotografiado previamente, lucía elementos propios y muy claros de Tesla, como los faros traseros y delanteros, así como las llantas, la carrocería estaba claramente extraída de un Mazda CX-30. Este aspecto llevó a muchos a pensar, incluso, que se trataba de un trabajo ajeno a Tesla, algo más casero o una obra de algún taller especializado.
Queda prácticamente confirmado, pues, que Tesla está usando una carrocería de Mazda para cubrir tanto la parte técnica como el habitáculo de lo que más tarde se convetirá en su coche eléctrico más barato. Es decir, se trata de una mula de pruebas que porta la carrocería de un CX-30.
Aunque no se trate de algo oficial, que esté basado sobre este modelo nos indica que el futuro modelo, en mayor o menor medida, tendrá unas dimensiones similares a las de un Mazda CX-30, por lo que se situará en el entorno de los 4,4 metros (el modelo japonés mide 4.395 milímetros), y será, por tanto, un coche compacto. Con esto habría una más que clara diferencia con respecto al Tesla Model 3 y sus 4,69 metros, que será el siguiente modelo en la gama en cuanto a tamaño y precio.
De las dos imágenes que conforman esta nueva filtración, una se corresponde con una fotografía de su interior. En ella aparece el volante que está usando Tesla en los nuevos Model S y Model X, además de una pantalla y salpicaderos con una disposición muy similar a la de los Tesla Model 3 y Tesla Model Y.
Muchas dudas y pocas certezas
A pesar de que por las imágenes y por la propia confirmación de la marca, ya se da por hecho la llegada de este coche eléctrico al mercado, lo cierto es que sabemos muy pocos datos concretos acerca él. Sí sabemos, sin embargo, que será producido en México (puede que también en China), que tendrá motores eléctricos que prescindirán del uso de tierras raras, que tendrá un sistema eléctrico de a bordo de 48 V y que, con respecto a los modelos actuales de la marca, reducirá en 1.000 dólares por unidad los costes totales de producción.
En el aire, quedan muchos otros aspectos, los más relevantes a decir verdad de cara a sus potenciales clientes: fecha de llegada, denominación y precio, entre otros. Este último, no obstante, se da por hecho que se convertirá en su principal baza. Si bien en un principio se apuntaba a un coste de unos 25.000 euros, parece más lógico que cuando se convierta en un modelo de producción se acerca más a los 30.000 euros.
En cualquier caso, se convertirá en el coche eléctrico más asequible de la marca y esto significa que superará con creces, en términos de prestaciones dinámicas y autonomía, a los rivales que se sitúen en su mismo rango de precio