En los últimos años hemos visto la dirección que están tomando todos los fabricantes: dotar al vehículo de una mayor cantidad de pantallas, y lo que es peor, que todo el sistema sea completamente táctil, eliminando todo rastro de botones o mandos físicos. En primera instancia, como parte de la presentación de un interior limpio moderno y minimalista queda muy bien, pero juega directamente sobre la seguridad de sus ocupantes causando enormes distracciones.
Ha sido un estudio realizado por la Asociación Canadiense de Automóviles quien ha determinado el riesgo para la seguridad de los ocupantes el dotar al vehículo de una mayor tecnología de info-entretenimiento y todo (por regla general) a través de una pantalla táctil. Este es un problema en el que hemos ido haciendo especial hincapié en los últimos años. Sistemas que no ofrecen una fluidez apropiada y que, aún así, los fabricantes se empeñan en derivar todo tipo de funciones a ese particular sistema, tales como la interacción con las opciones de climatización.
Cualquier conductor con un coche de reciente adquisición tiene acceso a un sinfín de menús y submenús en los que las opciones de personalización de los diferentes parámetros del coche son prácticamente infinitas. Junto a la incorporación de estos nuevos elementos, que ofrecen una enorme distracción, los vehículos también han ido acogiendo nuevas funcionalidades más importantes en cuanto a parámetros de seguridad; asistentes de salida de carril o sistemas de alerta en caso de distracción pueden hacer que estos riesgos disminuyan, pero no que desaparezcan.
El mencionado estudio hace especial énfasis en vehículos en los que incluso se ha eliminado el cuadro de instrumentos, como los Tesla, donde el conductor tendrá que desviar su mirada hacia la derecha (o izquierda, en caso de poseer el volante a la derecha) para mirar a la pantalla central donde se informa de datos básicos como la velocidad a la que circula o los diferentes parámetros informativos que siempre han estado (y así debería seguir siendo) delante de los ojos del conductor en un panel propio para ello, o a través de la implementación de la tecnología de los Head-Up Display.
El Tesla Model Y y Model 3 derivan todas las funciones a un único panel central.
La mayoría de modelos eléctricos de alta gama presentan una enorme disposición de pantallas de gran tamaño, como el Mercedes EQS, el cual instala de forma opcional la conocida como Hyperscreen MBUX, con hasta tres paneles ubicados en el salpicadero del coche (instrumentación y doble pantalla de info-entretenimiento). Elementos que, para los creadores del estudio, no suponen más que una serie de añadidos que conllevan a la distracción de sus ocupantes y, particularmente, del conductor.
Según Ian Jack, jefe de asuntos públicos de la Asociación Canadiense de Automóviles, este es un asunto de vital importancia, ya que parece que los propios fabricantes de coches están empeñados en llevar esta moda mucho más allá y no reducirla a términos estrictamente necesarios, como era hasta hace pocos años. Esto también está repercutiendo en una mayor dificultad de manejo para personas poco experimentadas en este tipo de sistemas, lo que detona directamente en una mayor distracción de la mirada hacia la carretera en favor de llevar a cabo el manejo que necesite del sistema, por lo general, de forma táctil.
Según las estadísticas de Traffic Injury Research Foundation, a partir del año 2018, los accidentes mortales a causa de las distracciones se incrementaron llegando a ocupar el 25% del total. Numerosos expertos ya advirtieron de este riesgo y de la similitud entre esto y realizar una conducción bajo los efectos del alcohol. Los diferentes estudios hablan de una demanda mental, de tiempo y visualización de hasta 48 segundos sobre ciertas tareas, un tiempo en el que sobre vías rápidas se llegan a recorrer varios cientos de metros.
Tecnologías como los comandos de voz o los asistentes personales, a menudo no mejoran estos aspectos ya que finalmente los conductores terminan por desviar la mirada hacia el propio sistema por la frustración de no poder llevar a cabo correctamente la orden que se estaba dando.
Diferentes autoridades, como la estadounidense o la canadiense, están en favor de limitar el uso que se pueda hacer de estos sistemas mientras se va conduciendo. No obstante, esta será una labor difícil de conseguir, al menos en un plazo considerable de años. Mientras tanto, las recomendaciones administrativas se limitan a encomendar a los usuarios a que eviten distracciones y, previamente a dar inicio a la conducción, se familiaricen con el propio sistema del coche, de cara a no perder así mucha atención en encontrar menús o especificaciones concretas.