Ha llegado a su fin lo que una vez fue la gran esperanza de Europa para reducir su dependencia de las compañías asiáticas, y especialmente de China, en la fabricación de baterías para coches eléctricos.
El fabricante de celdas de baterías sueco Northvolt ha anunciado oficialmente su bancarrota tras no lograr las condiciones de financiación necesarias para continuar con sus operaciones. La solicitud de insolvencia ante un tribunal de Estocolmo era "la única solución viable".
El comunicado de la compañía, emitido este mismo miércoles 12 de marzo, señala que un tribunal sueco se encargará del proceso de liquidación de los activos de la compañía y las obligaciones pendientes. Según Northvolt, están buscando "todas las opciones realistas" para asegurar la financiación del negocio durante el procedimiento de insolvencia.
Con más de 5.000 empleados y una deuda de alrededor de 6.000 millones de euros, Northvolt tendrá el dudoso honor de ser una de las quiebras más grandes en la historia de Suecia, comparable a la de Saab hace más de una década.
Una bancarrota anunciada
Los problemas financieros de Northvolt no son nuevos y, de hecho, las posibilidades de una bancarrota sonaban desde hace tiempo. En noviembre del año pasado, la compañía ya había solicitado la protección por bancarrota bajo el Capítulo 11 del Código de Quiebras de Estados Unidos, con la esperanza de encontrar una vía de financiación para solventar los problemas en su planta en el norte de Suecia.
Sin embargo, el deterioro de su situación financiera ha llevado a su colapso definitivo. Northvolt había encontrado numerosas dificultades durante el aumento de su producción de baterías, e importantes clientes, incluidos BMW o Scania, habían cancelado sus pedidos.
La empresa, que en sus inicios recibió alrededor de 10.000 millones de euros en inversiones de capital, deuda y financiación pública, tenía entre sus principales accionistas a Volkswagen (con un 21% de participación) y Goldman Sachs (con un 19%).
¿Qué pasará con sus operaciones en Norteamérica y Alemania?
Cabe señalar que la filial estadounidense y la alemana no han solicitado la insolvencia, como subraya Northvolt en el comunicado. A pesar de la declaración de bancarrota en Suecia, Northvolt ha informado que sus operaciones en Norteamérica y Alemania seguirán en marcha, al menos por ahora.
La decisión final sobre estas filiales recaerá en el síndico designado por los tribunales suecos, que evaluará su viabilidad en consulta con los acreedores. Por otro lado, la división polaca de la compañía tampoco ha sido incluida en el proceso de quiebra, según hemos podido saber.
La gran promesa que nunca se materializó
La bancarrota de Northvolt es un duro golpe para la estrategia de la Unión Europea de fortalecer su independencia en la fabricación de baterías. Con China dominando el mercado y los fabricantes europeos buscando reducir su dependencia de proveedores asiáticos, la desaparición de Northvolt deja un vacío que se está demostrando difícil de llenar.
Northvolt nació en 2016 con un ambicioso objetivo: desafiar a los gigantes chinos de las baterías, como CATL y BYD, y proporcionar una alternativa europea a los fabricantes de automóviles occidentales. Su lema, "hacer que el petróleo sea historia ", reflejaba sus aspiraciones de liderar la transición energética en el sector del transporte.
Sin embargo, las dificultades para aumentar la producción y la falta de liquidez, hicieron que la empresa no pudiera cumplir con sus compromisos. Un ejemplo clave fue la cancelación, en junio del año pasado, de un contrato con BMW valorado en 2.000 millones de euros. Y como los problemas nunca vienen solos, el préstamo verde de 5.000 millones de euros de la Unión Europea terminó siendo cancelado por la falta de estabilidad financiera de la compañía.