España se prepara para reactivar una industria que durante décadas ha estado en segundo plano, pero que hoy es clave para la transición ecológica y la competitividad en el sector de los vehículos eléctricos. El Gobierno ha puesto sobre la mesa un ambicioso plan de exploración y explotación de minerales estratégicos.
Se trata de una iniciativa que no solo busca garantizar el suministro de materias primas esenciales para la fabricación de baterías, sino también frenar la dependencia frente a potencias como China. El nuevo proyecto gubernamental se enmarca en una estrategia de soberanía en materias primas.

Un plan estratégico para el futuro
Durante años, el mercado global ha estado dominado por proveedores asiáticos, especialmente China, que controla gran parte de la cadena de suministro de minerales como el litio, el cobalto y el níquel. Estos elementos son imprescindibles para la producción de baterías de iones de litio, utilizadas en vehículos eléctricos y en diversas aplicaciones de energías renovables. Con este plan, España pretende recuperar un papel protagonista en la minería, buscando impulsar la economía nacional y ofrecer una respuesta firme a la dependencia exterior.
El Gobierno ha anunciado una inversión significativa destinada a la exploración de yacimientos en territorio español. Aunque los detalles económicos precisos se irán definiendo en fases posteriores, la apuesta es clara. Serán las comunidades autónomas las encargadas de tramitar los permisos de exploración y explotación, pero supervisado por el Gobierno y la Comisión Europea, que exige la tramitación acelerada en 27 meses para los proyectos estratégicos y ofrece financiación a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI).
Se pretende destinar cientos de millones de euros para identificar y explotar recursos estratégicos. La medida incluye la creación de incentivos fiscales y subvenciones que facilitarán la colaboración público-privada, permitiendo que tanto grandes empresas como pequeños emprendedores del sector minero se sumen a esta iniciativa.
Además, el plan se focaliza en áreas del país con un alto potencial mineral (Galicia, Castilla y León, Extremadura y Andalucía). Regiones tradicionalmente vinculadas a la minería, pero que en años recientes han visto mermar su actividad, se perfilan ahora como el escenario de una reactivación que podría generar nuevos empleos y dinamizar la economía local. La apuesta se extiende a zonas rurales, donde la actividad minera puede representar una oportunidad para combatir la despoblación y fomentar el desarrollo regional.

Impulso a la industria de vehículos eléctricos
El impacto de esta medida se extiende más allá del sector minero. La creciente demanda de vehículos eléctricos en Europa y en el mundo hace imprescindible contar con un suministro estable y sostenible de materias primas. Con la reactivación de la minería en suelo español, se espera una reducción en los costes de producción de baterías, lo que repercutirá en precios más competitivos para los vehículos eléctricos. Este efecto dominó favorecerá tanto a fabricantes como a consumidores, que podrán acceder a un mercado más dinámico y resiliente.
La independencia en la cadena de suministro no solo permite ganar en competitividad, sino también en seguridad estratégica. En un contexto global marcado por tensiones comerciales y una creciente rivalidad tecnológica, disponer de recursos propios se convierte en una ventaja crucial para las industrias emergentes y para la economía en general.
España: un patrimonio geológico por descubrir
España cuenta con una gran riqueza en recursos geológicos, un tesoro que aún está por desvelar. Investigaciones del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) junto a diversas universidades demuestran que el país posee yacimientos de gran potencial, aunque su aprovechamiento comercial todavía no se ha afianzado.
En el Macizo Ibérico, que abarca provincias como Ávila, Salamanca, Zamora, Toledo y Ciudad Real, se localizan formaciones graníticas y pegmatíticas que contienen minerales accesorios con presencia de tierras raras.
Otro ejemplo es el controvertido proyecto Quantum Minería en Ciudad Real. Esta iniciativa planea extraer neodimio en unas 9.000 hectáreas, abarcando localidades como Santa Cruz de Mudela, Torrenueva y Valdepeñas. Sin embargo, la propuesta ha encontrado resistencia en 13 asociaciones locales que advierten de posibles perjuicios ambientales y sociales.
En la zona noroeste, que incluye Galicia y Asturias, estudios preliminares han hallado indicios de estos minerales en formaciones graníticas y metamórficas, lo que abre nuevas perspectivas para futuras exploraciones. De forma similar, en Andalucía, particularmente en la Cordillera Bética, la presencia de rocas metamórficas y volcánicas sugiere que podrían existir depósitos de estos elementos.
La Cuenca del Guadalquivir también se muestra prometedora: en áreas con alteración hidrotermal se podrían encontrar concentraciones de minerales estratégicos. A su vez, en Extremadura y Castilla y León, los afloramientos de rocas carbonatíticas han despertado el interés de los expertos, quienes consideran que pueden albergar recursos de importancia.
Finalmente, en las Islas Canarias, específicamente en Fuerteventura, se han descubierto hasta 10 kg por tonelada de tierras raras en carbonatitas, un tipo de roca poco común, en la zona de Pájara. Este hallazgo subraya la diversidad geológica de España y su potencial para convertirse en un referente en la explotación de minerales estratégicos.