Mazda tenía previsto anunciar sus planes a medio plazo la primavera pasada. Sin embargo, las circunstancias coyunturales del momento no han facilitado a sus ejecutivos la toma de una serie de decisiones que marcarán el futuro de la marca. Por eso, lo que tenía previsto fue objeto de una revisión profunda porque muchos factores quedaban fuera del control de la firma de Hiroshima. Pasado este periodo, y con las ideas ya mucho más claras, la marca adelanta algunas de las decisiones a medio plazo, antes de que a finales del próximo mes se desvelen por completo sus planes.
Mazda quería hacer pública esa estrategia a principios de este año. Sin embargo, tal y como informó en su día Automotive News, la compañía decidió retrasar esta comunicación debido a las inestabilidades del mercado. Se juntaban como motivos para este retraso una amplia variedad de factores, incluidos los cierres de las fábricas de China por los casos de Covid-19, la guerra en Ucrania, los continuos retrasos e inconvenientes en la cadena de suministro global y los créditos fiscales para vehículos eléctricos incluidos en la Ley de Reducción de la Inflación que se estaban debatiendo en el Congreso de Estados Unidos en ese momento.
Algunos de estos problemas han afectado particularmente a Mazda. Sus ventas han bajado un 21% en comparación con septiembre del año pasado, según informa Automotive News, en un mercado que en cifras generales ha descendido en un 13 %. "La buena noticia es que la producción en las fábricas está en alza. "Ahora estamos reabasteciendo el inventario y el rendimiento ha subido", asegura Mazda, lo que indica que se refleja en que la producción en las fábricas ha aumentado y que la situación tiende a desbloquearse.
Con esta nueva previsión de un escenario más favorable, Mazda ha adelantado algunos de los planes que se pondrán en marcha a partir del mes que viene. El fabricante japonés reforzará "ligeramente" sus objetivos en vehículos eléctricos, lo que para la firma ya supone un avance, dadas las reticencias que ha venido mostrando en los últimos años para implementar estas tecnologías. Recordemos que por ahora, tan solo cuenta con un vehículo 100 % eléctrico en su gama, el MX-30, que además cuenta con unas especificaciones que son, al menos, cuestionables en cuanto a su relación precio-autonomía y un diseño que también es controvertido.
Actualmente, Mazda tiene como objetivo que el 25 % de los automóviles vendidos para 2030 sean vehículos eléctricos, con una plataforma de batería eléctrica dedicada que no llegará a sus líneas de producción hasta 2025. El prometido motor rotativo que funcionará como un extensor de rango para el MX-30 y que le permitirá alcanzar una mayor autonomía utilizando gasolina como un vehículo eléctrico de autonomía extendida está programado para el primer trimestre de 2023.
Más allá de las cifras, Mazda también hace alusión a una estrategia que se sitúa por encima de tecnologías y sistemas de propulsión: hacer de la ingeniería centrada en el ser humano el núcleo de su "propósito de marca". Se basa en la filosofía actual "jinba ittai", que en japonés significa "caballo y jinete como uno". Mazda ya ha estado diseñando su generación actual de modelos con un enfoque en cómo el cuerpo humano responde mejor al movimiento a gran velocidad, minimizando los movimientos repentinos e incómodos y ajustando por ejemplo las suspensiones para imitar los movimientos naturales. Este es "el centro de todo lo que hacemos", asegura el ejecutivo que ha adelantado estas futuras estrategias a Automotive News.