Nunca en la historia de Mazda habíamos podido tener tantos modelos diferentes de la marca japonesa en Europa. Los de Fuchu quieren ampliar cuota de ventas en uno de sus mercados más importantes. Mazda siempre se ha postulado como una de las mejores marcas generalistas. Productos bien presentados, muy equipados y atractivos con un precio inferior a las tradicionales firmas premium. Con ese posicionamiento casi exclusivo llega ahora el modelo más grande de todos, el Mazda CX-80. En los próximos meses se espera la llegada de otro modelo, una berlina eléctrica que ya ha sido anunciada.
Históricamente, el Mazda CX-50 ha sido el SUV más grande de la casa en el Viejo Continente. Ese hecho cambió hace dos años cuando se presentó el Mazda CX-60 y ahora vuelve a ocurrir con la llegada del CX-80. A pesar del cambio de nombre, a simple vista, hay pocas diferencias entre el 60 y el 80, al menos en la parte delantera donde ambos modelos son prácticamente iguales. Más discrepancias encontramos en la vista posterior. Dos grandes faros protegen el emblema de la marca en un portón de generosas proporciones que ofrece un volumen mínimo de 258 litros con las tres filas de asientos desplegadas y de 687 litros con la segunda fila en su posición más adelantada. El volumen máximo alcanza los 1.971 litros.
Interior ajustable con 6 o 7 plazas y tres filas de asientos
Estos volúmenes nos permiten descubrir un coche que se antoja especialmente funcional para las familias. Su tamaño lo posiciona en el segmento D-SUV gracias a sus 4,99 metros de largo, 1,89 metros de ancho y 1,71 metros de alto. A esas cotas hay que sumar una distancia entre ejes de 3,12 metros, cifra que garantiza una correcta habitabilidad. Los ingenieros de Mazda han introducido numerosos elementos que flexibilizan el espacio, como la ya mencionada segunda fila de asientos con ajuste longitudinal. La tercera fila queda camuflada en el maletero. Habrá dos versiones diferentes, una de seis plazas para aquellos que no necesitan tantos asientos y otra de siete, la más estándar de todas.
Como ya pasase con el exterior, el CX-80 también replica la presentación de otros modelos de la casa, específicamente la del CX-60. Integra una gran cantidad de tecnología, incluyendo un cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas y un sistema multimedia táctil con igual tamaño. Además, también destacar la presencia de conexión inalámbrica para dispositivos móviles, Head-Up Display, cámara de aparcamiento de 360 grados, mando fónico mediante Alexa de Amazon, y una completa dotación de elementos de seguridad activa y asistentes a la conducción con un nivel 2 de autonomía.
A la hora de mover el CX-80, Mazda cuenta con propulsores electrificados. La única versión con etiqueta CERO la encontramos mediante un híbrido enchufable con motor de gasolina 2.5 e-Skyactiv y un bloque eléctrico acompañante que generan un rendimiento máximo de 327 caballos y 500 Nm de par motor. La parte eléctrica se alimenta de una batería de iones de litio con 17,8 kWh de capacidad que le permite anunciar una autonomía 100% eléctrica de hasta 60 kilómetros. La etapa comercial arrancará durante la próxima temporada de otoño. No será hasta entonces cuando se desvelen los precios, pero podemos esperar cifras de salida próximas a los 60 o 65 mil euros.