Desde que Bruce McLaren fundase la compañía que lleva su nombre, el objetivo de los de Woking se ha centrado en superar los límites conocidos por el hombre. Coches cada vez más extremos, potentes y exclusivos. En su haber cuentan con modelos increíbles como el McLaren F1, o el McLaren P1, el que siempre será considerado como el primer hiperdeportivo híbrido de la historia. Hoy abrimos el tercer capítulo de esa particular historia con la llegada del McLaren W1. Otro híbrido con etiqueta ECO que supone la antesala al primer hiperdeportivo eléctrico que aspiran lanzar a finales de la presente década.
Tras años en fase de estudio y desarrollo, el W1 continúa el legado de la familia más extrema de McLaren. Al igual que su predecesor, el P1, monta un conjunto híbrido de alto rendimiento. Esta no es la primera vez que los ingleses coquetean con sistemas electrificados. Su gran bagaje y conocimiento adquirido en el mundial de Fórmula 1 se aplica ahora a un coche de calle. Una vez más los de Woking se adelantan a su competencia con nada más y nada menos que el modelo más potente que jamás hayan fabricado. Ni siquiera los 916 caballos del P1 son capaces de hacerle sombra.
Producción limitada ya asignada a unos pocos clientes
El W1 esconde un sistema híbrido no enchufable altamente evolucionado que desata toda su fuerza en el eje trasero. Consta de un nuevo motor de combustión de 8 cilindros en uve que por sí sólo desarrolla 928 caballos. Se trata de uno de los bloques térmicos de mayor rendimiento de la historia ya que es capaz de extraer 233 caballos por cada litro de cilindrada. Junto a él se acopla un sistema híbrido que alcanza un rendimiento máximo de 1.275 caballos y 1.340 Nm de par motor. Acelera de 0 a 100 km/h en 2,7 segundos, en 5,8 segundos ya rueda a 200 km/h y apenas tarda 12,7 segundos en alcanzar los 300 kilómetros por hora.
El módulo de batería, con tan sólo 1,384 kWh de capacidad se ha diseñado para resistir un elevado número de ciclos descarga/carpa y, sobre todo, para priorizar una sobredosis de entrega a la hora de pisar a fondo. A diferencia del P1 donde su autonomía eléctrica era inexistente, el W1 puede conducirse de forma 100% eléctrica durante un máximo de 2 kilómetros. El peso total de los componentes híbridos apenas alcanza los 40 kilogramos, mientras que el peso total del coche es de tan sólo 1.399 kilogramos. Un récord para un coche de este estilo con una relación peso-potencia de 911 caballos por tonelada. La cifra más alta jamás alcanzada por un McLaren homologado para la calle.
Los ingenieros del McLaren han tenido presente la aerodinámica a la hora de desarrollar el W1. Su alto rendimiento exige un coche pegado al asfalto. La aerodinámica activa permite modificar el flujo del aire para variar la altura con respecto al suelo, llegando a un máximo de 37 milímetros en el eje delantero y hasta 17 milímetros en el trasero. El W1 es capaz de generar 350 kilogramos de apoyo en su parte delantera y 650 kilogramos en la trasera. Un total de 1.100 kilogramos, casi el peso del propio coche, en las curvas de mayor velocidad. Como no podía ser de otra manera el McLaren W1 tendrá una producción limitada a 399 unidades en todo el mundo y se espera que cada unidad supere los dos millones de euros.