Mercedes lo ha vuelto a hacer. Los de Stuttgart son únicos a la hora de crear bestias de competición desarrolladas para la calle. Tras el CLK GTR de finales de los 90, la última criatura salvaje es el Mercedes-AMG One. En este caso la división más loca de la casa parece haberse superado a sí misma montando el motor híbrido de un Fórmula 1 en un coche capaz de circular por la calle. Aunque el reto parezca en sí mismo, la complejidad ha supuesto acumular retrasos.
Hace ya más de dos años que Mercedes presentó un prototipo, el AMG Project One, que nos adelantaba lo que hoy vemos con nosotros. Exteriormente el AMG One se rinde al dios del viento en una carrocería esculpida para cortar el aire de forma tan eficaz como eficiente.
Con sistemas de aerodinámica activa, el hiperdeportivo es capaz de modificar su estructura para que el flujo de aire responda correctamente en función de las necesidades. Tres son los formatos complementarios a los modos de conducción: Highway, Track y Race DRS. En el modo más agresivo la suspensión se baja 37 milímetros en el eje delantero y 30 milímetros en el trasero, desplegando todos los apéndices aerodinámicos instalados.
El Mercedes-AMG One cuenta con seis programas dinámicos: EV, Race Safe, Race, Race Plus y Strat 2. Los dos últimos sólo es posible activarlos en circuito pues permiten liberar a la bestia escondida trabajando todos los motores de forma conjunta para obtener el máximo rendimiento. El conjunto híbrido que alimenta a este Fórmula 1 de calle es el mismo equipo que se emplea en la más alta competición. Un propulsor híbrido con un bloque V6 de 1,6 litros de cilindrada y dos motores eléctricos en el eje delantero.
El motor turbo se encarga de impulsar las ruedas traseras con una potencia de 574 caballos a una capacidad de giro máximo de 11.000 revoluciones. Los motores eléctricos suman 611 caballos, lo que hace un total de 1063 caballos de potencia repartidos por las cuatro ruedas mediante la gestión de una caja de cambios de 7 velocidades.
Con neumáticos Michelin Pilot Cup2 con medidas 285/35 ZR 19 en el eje delantero y 335/30 ZR 20 el AMG One acelera de 0 a 100 Km/h en 2,9 segundos, en 7 segundos alcanza los 200 km/h y en 15,6 los 300 km/h. Su velocidad punta es de 352 kilómetros por hora, pudiendo circular en modo 100% eléctrico durante unos 18 kilómetros con un consumo medio de 8,7 litros por cada 100 kilómetros recorridos.
Todas las cifras del Mercedes-AMG One alcanzan proporciones bíblicas. Con su llegada Mercedes se introduce en un nuevo plano y en un nuevo mercado, el más exclusivo del mundo. Apenas un puñado de unidades serán fabricadas. Los selectos clientes tendrán que pagar más de 2,3 millones de euros por hacerse con los servicios de este Fórmula 1 con matrícula.
A esa cantidad hay que sumar unos cuantos de cientos de miles de euros más si se desean motores adicionales, porque Mercedes estima que el propulsor híbrido sólo tiene una vida operativa aproximada de 40.000 kilómetros en una conducción normal y de poco más de 10.000 si se usa exhaustivamente en circuito.
A pesar de este problema, muchos compradores ya han reservado el suyo. Su mundo exclusivo estará completado con un habitáculo típico de competición, pero para dos. Con dos baquets fijos a la estructura del coche, son los pedales los que se regulan para ajustarse al conductor. Un volante de carreras modificado será el eje de guía del coche.
El habitáculo se completa con diferentes elementos de confort y tecnología como las pantallas digitales y diversos sistemas de conectividad. Un interior que conseguirá que cada cliente tenga su propia experiencia de carreras.