Mercedes-Benz iniciará, a finales del presente mes de octubre, las entregas del nuevo GLC F-Cell, un SUV eléctrico movido por pila de combustible de hidrógeno. Estas primeras unidades serán utilizadas como prototipos de pruebas para mejorar esta tecnología, que tiene sus mayores inconvenientes en el almacenamiento y el reabastecimiento del hidrógeno.
El SUV motivado por hidrógeno de Daimler se comercializará únicamente en formato de alquiler a cambio de una cuota mensual de 799 euros al mes. El principal destino de este modelo serán las flotas de empresas alemanas, que disfrutarán de mantenimiento incluido y estarán obligadas a devolver el vehículo cuando finalice el contrato. De esta forma, esta estrategia se convierte en un a prueba real que ayudará a Mercedes a refinar la tecnología.
El Mercedes GLC F-Cell combina una celda de combustible de hidrógeno con una batería recargable a través de la red eléctrica, que extiende su autonomía durante 50 kilómetros, lo que elimina parte de las preocupaciones de los usuarios por la escasez de estaciones de servicio que suministren hidrógeno.
La pila de combustible convierte la energía química en electricidad a través de una reacción de hidrógeno con oxígeno u otro agente oxidante. El modelo de Mercedes es capaz de lograr una autonomía de 478 kilómetros entre la celda de combustible y la batería. Su principal ventaja está en que recargar el depósito de hidrógeno lleva aproximadamente tres minutos.
Componentes del Mercedes GLC F-Cell.
Juergen Schenk, jefe de integración del sistema de propulsión eléctrica de Mercedes-Benz, afirma que todavía falta para alcanzar la meta en cuanto a los costes y la estandarización de esta tecnología. "Las celdas de combustible lograrán un gran avance, sobre todo en aplicaciones para vehículos pesados como camiones y autobuses", ha añadido.
La tecnología de la pila de combustible de hidrógeno solo emite vapor de agua por el "tubo de escape". Su desarrollo avanza de forma muy lenta debido a sus altos costes, el complejo almacenamiento de hidrógeno y la falta de infraestructura. Toyota e Hyundai son actualmente los principales defensores de esta tecnología, contando ambos con modelos comercializados hoy en día. En Japón, Toyota está invirtiendo en la construcción de infraestructura de combustible de hidrógeno y se está preparando para mostrar esta tecnología en los Juegos Olímpicos de 2020.
Otros fabricantes, como BMW, están trabajando en prototipos que podrían ofrecer mayores autonomías y menores tiempos de repostaje que los eléctricos de baterías a través de esta tecnología especialmente útil para los vehículos de mayor tamaño. Audi está considerando la producción, a pequeña escala, de un modelo de celda de combustible en 2020.
A pesar de los esfuerzos por parte de la industria automotriz, la infraestructura de suministro de hidrógeno en Alemania, la mayor economía de Europa, sigue siendo irregular. H2 Mobility, una empresa conjunta formada por Daimler, Linde, Royal Dutch Shell y Total, planea instalar alrededor de 100 estaciones de suministro de hidrógeno en todo el país para el próximo año. Ese número podría cuadruplicarse aproximadamente para 2023, según indica Daimler.
Estrategia eléctrica de Mercedes-Benz
El mes pasado, Mercedes-Benz presentó su primer vehículo completamente eléctrico, el EQC, que forma parte de los 10 vehículos eléctricos de batería que llegarán al mercado antes de 2022. El fabricante espera que los coches completamente eléctricos representen entre el 15 el 25 por ciento de sus ventas globales en 2025.