En un evento celebrado durante el Automobilwoche Kongress de Berlín, el jefe de Mercedes-Benz ha confirmado a los allí presentes que habrá una versión eléctrica del Clase G, su todoterreno más icónico. Ola Källenius (también CEO de todo el grupo Daimler) ha reconocido que en la compañía que dirige ha habido discusiones acerca de matar comercialmente al Clase G, aunque al final se ha optado por electrificarlo.
El Clase G eléctrico llegará como un modelo más de la familia EQ, la de los Mercedes eléctricos que ya ha estrenado el EQC (ver prueba del Mercedes-Benz EQC). Mercedes quiere electrificar toda su gama para el año 2022, año en el que tiene previsto tener a la venta hasta diez modelos completamente eléctricos. No obstante, desde Mercedes han evitado hablar de fechas concretas para el lanzamiento del Clase G eléctrico -y que presumiblemente utilizará la denominación EQG-.
Dos buenas razones para electrificar el Clase G y dos por las que no tiene mucho sentido
El Mercedes Clase G es actualmente uno de los pocos todoterrenos auténticos que aún quedan en el mercado, junto a modelos como el Range Rover, el Toyota Land Cruiser, el Jeep Wrangler o el Suzuki Jimny. El Clase G fue concebido para el trabajo, y en su condición como todoterreno sigue destacando de forma incontestable. Pero en la conducción todoterreno no prima precisamente la eficiencia energética, por lo que el Clase G eléctrico necesitará una enorme batería si quiere conseguir una autonomía más o menos decente en conducción 4x4.
Y eso nos lleva a la segunda problemática de electrificar este modelo: una gran batería aumentará notablemente el peso del coche. Un coche que, actualmente, en su versión más liviana (Clase G 500) ya pesa 2.429 kilos. Y más peso significa mayor consumo energético, mayor distancia de frenado y peor dinámica de conducción.
El Mercedes-Benz Clase G es uno de los pocos auténticos todoterrenos del mercado.
No obstante, también hay dos buenos motivos para electrificar el Clase G. Por un lado, reducir las emisiones medias de un modelo que en su versión menos contaminante (G 350 diésel) emite 256 g/km de CO2. Y por otro, convertir en un vehículo de cero emisiones locales un modelo cuyo uso real es en buena parte pasear por la calle de las urbes más adineradas, bebiendo combustible con apetito insaciable y emitiendo grandes cantidades de gases contaminantes. Basta caminar por el centro de Londres, por Mónaco, Moscú o Beverly Hills (Los Ángeles) para comprobar que los Clase G son el coche favorito de mucha gente que jamás pisará el campo con su flamante y glamouroso todoterreno.
El Mercedes EQG será otro más en la familia de Mercedes eléctricos que se avecina
El siguiente en llegar a la familia EQ de Mercedes será el EQA, un compacto eléctrico cuyo primer concept lo conocimos en el Salón de Frankfurt en 2017. Su tren motriz lo heredará el EQB, un SUV eléctrico compacto que llegará a los concesionarios en 2021 y que estará derivado del Mercedes GLB. También en 2021 llegará la furgoneta eléctrica Mercedes EQV, que tendrá capacidad hasta para 8 pasajeros, se fabricará en España y ya se ha anunciado con una autonomía de 405 km gracias a una batería de 100 kWh.
Más adelante se unirá a la familia el Mercedes-Benz EQS, una berlina eléctrica que representará el máximo lujo de la familia eléctrica de la compañía alemana y que estrenará como primicia en la marca una nueva plataforma modular de Mercedes para modelos eléctricos. El EQS erá la versión de producción del Mercedes Vision EQS Concept, que se presentó en el pasado Salón de Frankfurt con 700 km de autonomía, 476 caballos de potencia y un diseño escultural.
