Las baterías son un componente crítico en los vehículos eléctricos por varias razones: una de ellas es el coste y otra es su huella contaminante. Ambas son muy grandes, así que es lógico pensar en su reciclaje. En ese sentido apunta la más reciente inauguración de Mercedes-Benz: una nueva fábrica de reciclaje de baterías en Alemania que les permitirá hacer baterías para coches eléctricos mucho menos contaminantes.
La marca de la estrella ha inaugurado estas nuevas instalaciones en la ciudad alemana de Kuppenheim. Se trata de una fábrica de 7.000 metros cuadrados que comenzará con sus primeros trabajos a finales de este año, previsiblemente el próximo diciembre. El objetivo de Mercedes es reducir el consumo de materias primas y establecer un ciclo cerrado para el reciclaje de dichas materias esenciales para las baterías.
En la primera etapa de la planta, la que está programada para comenzar a operar este año, se llevará a cabo el desmantelamiento mecánico de las baterías de los vehículos eléctricos. Unos meses después, ya en el año 2024, se establecerá una planta piloto de hidrometalurgia. Mediante este proceso se pretende recuperar de forma sostenible el litio, el níquel y el cobalto de las baterías usadas. Según Mercedes, podrán recuperar hasta el 96% de los materiales de las baterías antiguas. En el futuro también tienen previsto poder reciclar el grafito.
Mercedes ha apostado por un enfoque innovador, un concepto de reciclaje completo integrado dentro de una sola fábrica, actualmente único en Europa. La compañía alemana invertirá una cantidad de millones de euros "de dos dígitos" en la construcción de la planta, que está cofinanciada por el Ministerio Federal de Economía y Protección del Clima de Alemania como parte de un proyecto de investigación científica. Se espera que la planta piloto tenga una capacidad anual de 2.500 toneladas. Los materiales recuperados se devolverán al circuito de reciclaje para producir más de 50.000 módulos de batería para los nuevos modelos eléctricos de Mercedes-Benz. Según los avances de la fábrica piloto, los volúmenes de producción podrían aumentarse a medio y largo plazo.
En el futuro, la fábrica de reciclaje de baterías de Kuppenheim cubrirá todos los pasos del proceso de reciclaje: desde el desmontaje de los módulos hasta la trituración, el secado y el procesamiento de materiales aptos para baterías. La fábrica, como decíamos antes, empleará procesos de hidrometalurgia para obtener los materiales más críticos, prescindiendo por completo de los procesos pirometalúrgicos. La pirometalurgia es un tipo de metalurgia extractiva que obtiene y refina los metales a través del calor, por lo que requiere gran cantidad de energía. El método de hidrometarlugia es mejor en ese sentido: según Mercedes, las emisiones de CO2 de una batería reciclada son un 70% inferiores en comparación con hacer una batería nueva desde cero. A eso hay que añadir que la nueva fábrica de Mercedes será neutra en emisiones de dióxido de carbono gracias al empleo de energía solar fotovoltaica.
Una fábrica así es de particular importancia en vista de la limitada disponibilidad de materias primas como el litio, el cobalto o el níquel, y la huella medioambiental generada durante su minado y refinado. A eso hay que sumar la dependencia de las cadenas de suministro, algo que se ha demostrado muy crudamente tras la pandemia del coronavirus y la guerra de Rusia contra Ucrania. En este sentido, el reciclaje de las baterías es de gran interés estratégico, además de suponer una importante reducción en cuanto a emisiones en comparación con fabricar una batería nueva desde cero (extrayendo sus materias primas en la mina).