Las marcas buscan crear un espacio que ocupar, crear una imagen que explotar y un nombre que aprovechar. Sin embargo, no siempre se da con la fórmula correcta y es necesario tomar medidas drásticas para corregir el rumbo antes de estrellarse. Mercedes tiene una de las flotas electrificadas más poderosas del mundo. Modelos que hoy conocemos como EQA, EQS o EQE SUV. A pesar de ser letras ya conocidas en todo el mundo, los alemanes plantean un cambio drástico para la denominación de sus coches eléctricos. El nuevo formato parece incluso más complicado: “con tecnología EQ”. Sí, como lo estás leyendo.
Retrocedamos un poco en el tiempo, más concretamente al año 2021. A principios de curso Mercedes presentó en sociedad al EQS. Si bien este no fue su primer eléctrico, ese honor siempre le corresponderá al Mercedes EQC, sí que fue el primero de una nueva generación de vehículos. Hoy la gama EQ ha crecido considerablemente con un total de 9 modelos diferentes. Gracias a ello hemos conocido nombres como EQA, EQB, o EQV. Dentro de lo que cabe son fórmulas seguras y sencillas. EQ quiere decir que es eléctrico y la última letra nos permite identificar el tamaño o el segmento al que se dirige. Por ejemplo, el EQS es la versión eléctrica del Clase S. A pesar de ser una regla bien aplicada, los problemas no tardaron en surgir. Con el lanzamiento del primer SUV.
Tal y como se esperaba los actuales nombres desaparecerán del mercado
Aplicando la misma regla anterior podemos saber que el EQE es la unidad 100% eléctrica del Clase E, pero ¿qué pasa con el GLE? Obviamente, Mercedes tenía que buscar una solución y no fue otra que EQE SUV. Sin embargo, esta regla no la aplica con todos los SUV, puesto que los EQA y EQB no están acompañados del apellido SUV cuando en realidad lo son y derivan de modelos todocamino. El galimatías comercial es tremendo y ya desde hace un par de años se ha rumoreado que Mercedes estaba trabajando en una nueva receta comercial para vender eléctricos. La solución ya está sobre la mesa y en el mercado, pero no la esperábamos así.
Esta misma semana hemos podido conocer al primer Clase G eléctrico de la historia. Durante mucho tiempo se había asegurado que su nombre comercial iba a ser Mercedes EQG, el prototipo que adelantaba su llegada se llamaba así. Tiene todo el sentido del mundo teniendo en cuenta que el Clase G sólo se comercializa en una carrocería y que este es un modelo exclusivamente impulsado por baterías. Pues no. Días antes de su revelación oficial, Mercedes adelantaba el nombre de G 580 con tecnología EQ. La fórmula es, cuanto menos, extraña y liosa y ya ha quedado confirmada por Britta Seeger, miembro del departamento de marketing de la empresa. La verdad es que nos va a costar acostumbrarnos a llamar así a los eléctricos de la estrella.
Si bien tiene la parte buena de que normaliza los modelos eléctricos apoyándose en las nomenclaturas clásicas, el apellido “con tecnología EQ” es particularmente rara. En Mercedes tienen muy claro que no quieren perder sus marcas particulares como Clase C, Clase E o GLE y GLC. Se esperaba que, con el tiempo, los EQE, EQE SUV y demás, desaparecieran para ocupar el puesto natural de sus versiones térmicas. Todo apuntaba a que para el año 2030 Mercedes iba a dejar de producir coches de combustión, pero sus estimaciones fueron excesivamente imaginativas. Hoy, la compañía ha reculado. Las nuevas estimaciones apuntan a que para el año 2030 la mitad de las ventas de Mercedes corresponderán a coches eléctricos.