Para las pruebas invernales, Mercedes se ha llevado al EQA, su próximo SUV eléctrico, a la nieve sueca y ha aprovechado para publicar una serie de fotos que muestran su aspecto final. Aunque todavía camuflado, el EQA muestra su aspecto de SUV compacto destinado a pelear en un segmento en el que competirá desde su posición de vehículo premium y que se convierte en pieza fundamental de su estrategia de electrificación.
Desde su presentación en 2017 en el Salón de Frankfurt, el Mercedes EQA ha sufrido varias transformaciones. Hace tres años era un compacto eléctrico similar a las versiones de combustión de la Clase A. El fabricante alemán anunciaba para él una potencia de 272 CV y más de 500 Nm de par. La batería, de "hasta 60 kWh de capacidad" sería capaz de proporcionar hasta 400 km de autonomía, y el sistema de recarga recuperar 100 km de autonomía con 10 minutos que permanezca conectado a la red eléctrica.
Pero el EQA cambió el año pasado para transformarse en un SUV compacto similar en tamaño al GLA. Su llegada en otoño completará por la parte baja la todavía escasa gama de eléctricos formada exclusivamente por el EQC. Ese "diseño de trabajo" es el que ha evolucionado hasta el que ahora muestra Mercedes en las pruebas de invierno que está llevando a cabo en Suecia. Un prototipo que se acerca mucho a la versión de producción que debutará a finales de este año.
El fabricante indica en su comunicado que "los prototipos actualmente viajan por las carreteras de Suecia cubiertas de nieve". En estas pruebas de invierno, los ingenieros prestan especial atención a la gestión térmica de la batería y a la carga a temperaturas muy bajas. Además se ponen a prueba otros aspectos como son la seguridad de conducción, la tracción y la recuperación de energía en superficies cubiertas de hielo y nieve.
Mercedes ha aprovechado este entorno para mostrar varias imágenes del vehículo que hasta ahora tan solo se había mostrado en una única imagen en la que ya se distinguía su carrocería tipo SUV, y sus líneas y proporciones similares al Mercedes GLA 2020.
El formato y el tamaño del Mercedes EQA, que se moverá en los 4,4 o 4,5 metros de longitud, lo convierten en una pieza clave en la estrategia de ventas del fabricante para cumplir con la normativa de emisiones y evitar las multas de la Unión Europea. En el caso del Grupo Daimler, al que pertenece Mercedes, las emisiones promedio de su flota en 2018 alcanzaron los 130,4 gramos de CO2 por kilómetro. Por lo tanto, su objetivo es llegar a los 103,1 g/km en 2021, según los datos publicados por un informe de PA Consulting publicado este mes. Según la consultora, si Daimler no logra reducir su huella carbono, se enfrenta a una multa de 997 millones de euros.
Niveles de electrificación de Mercedes-Benz
La estrategia de Mercedes lleva a diferentes niveles de electrificación bajo las denominaciones EQ Boost, EQ Power y EQ. Lanzado el EQC, está prevista la comercialización de la furgoneta eléctrica eVito, que se fabrica en Vitoria. Más adelante llegará, además de este EQA, el EQB (un SUV compacto eléctrico derivado del Mercedes GLB) y la furgoneta eléctrica EQV, más lujosa que la eVito y fabricada también en Vitoria. En 2022 llegará el EQS, una berlina de representación de alta gama.
En total, invertirá 31.000 millones de euros hasta 2039 en su gama cero emisiones. En 2022, toda la gama de Mercedes estará electrificada, y sus ventas representarán aproximadamente entre el 15 y el 25% del total en el año 2025. Ofrecerá al menos una variante electrificada para cada modelo. En total serán 130 versiones de las que 10 serán completamente eléctricas.