Hay que ser sinceros y reconocer que el principio del curso eléctrico no está teniendo los resultados que se esperaban. Las ventas siguen sin despegar y la paciencia está agotándose en las fábricas. Cada vez estamos más cerca del 2030 y nada parece indicar que las atrevidas campañas vayan a cumplirse. Mercedes fue de las primeras en lanzarse a la aventura. Una aventura eléctrica que se está tornando en pesadilla. Las cifras siguen sin cuadrar y en Stuttgart no han tenido más remedio que dejar de trabajar en el desarrollo de la próxima plataforma de sus coches eléctricos más grandes y caros.¿Qué está pasando?
Hace ya dos años que Mercedes dio detalles concretos de cómo iba a perfilarse su familia eléctrica en los próximos años. La gama va a estar estructurada en cuatro plataformas fundamentales. Cuatro estructuras que soportarán el peso de la electrificación de la flota. Los modelos de acceso disfrutarán de la plataforma MMA (Mercedes Modular Architecture) que quedará inaugurada con el lanzamiento de la próxima generación del Mercedes CLA. La berlina más pequeña de la casa tendrá una versión 100% eléctrica de largo alcance. Los industriales tendrán su propia estructura denominada VAN.EA. Se lanzará a partir de 2026. Lo mismo pasa con los deportivos, que estarán apoyados sobre la estructura AMG.EA. Estos llevarán al límite el cualquier concepto de electrificación.
La solución intermedia es seguir mejorando la actual plataforma EVA2
El resto de la gama, el grueso de la misma, disfrutará de la plataforma MB.EA (Mercedes-Benz Electric Architecture). Muchas esperanzas están puestas en ella, sobre todo en las versiones más superlativas de la misma, MB.EA-Large. Ahora, tal y como afirman desde Alemania diversas fuentes con información privilegiada, en Stuttgart han tomado la decisión de paralizar el desarrollo de la plataforma que daría a luz a una nueva generación de EQS y EQE. El coste es excesivamente alto para las proyecciones de ventas que maneja la empresa. La factura final podría ascender hasta los 1.000 millones de euros, tal y como apuntan dichas fuentes.
El fabricante de automóviles tenía en mente dos versiones diferentes para la plataforma MB.EA. La MB.EA-Medium para la Clase C y el GLC y la MB.EA-Large para los vehículos eléctricos grandes como la Clase S, GLS, Clase E y GLE. El cambio de planes podría suponer que los modelos eléctricos más grandes de la casa seguirán empleando la actual arquitectura EVA2, aunque sufrirá una importante modificación en el camino. La estructura EVA2 emplea un sistema eléctrico de 400 voltios que se queda excesivamente corto a la hora de ofrecer elevadas potencias de carga. A mediados del año pasado ya surgió el rumor de un cambio para la próxima generación de EQE y EQS. La plataforma escalará su potencia eléctrica hasta los 800 voltios, lo que a su vez permitirá mejorar los márgenes de carga.
Ahora mismo Mercedes no puede darse ese lujo. Desde hace muchos meses las cifras no terminan de encajar. Las ventas están muy por debajo de lo estimado y nada hace pensar que la situación vaya a cambiar rápidamente. Tal es la situación que Mercedes ya no será una marca 100% eléctrica en 2030, algo que habían anunciado a bombo y platillo durante mucho tiempo. Las nuevas estimaciones apuntan a que para finales de la década el 50% de las matriculaciones correspondan a modelos eléctricos. Un recorte sustancial que está siendo copiado por muchos otros fabricantes. Las ventas siguen siendo minoritarias y las normativas han cambiado su rumbo.
