La gama compacta de Mercedes es, y ha sido, el pilar fundamental sobre el que se ha apoyado la compañía en los últimos años. La conversión de utilitario a compacto del Mercedes Clase A supuso un punto de inflexión para los de Stuttgart. En torno al Clase A han ido naciendo modelos derivados como el CLA, el Clase A Sedan o el GLA. Toda una familia que ahora será analizada al detalle para calcular los próximos pasos de la firma. Se avecinan cambios en la gama de acceso de Mercedes: será más cara y menos accesible.
En los últimos años el segmento de los compactos ha perdido importancia en los mercados. Las estimaciones consideran que el segmento C perderá un 25% de las ventas entre 2019 y 2026. El Clase A ha sido un éxito de masas, pero su gran volumen ha hecho que Mercedes gane menos por unidad. Tras la pandemia y las sucesivas crisis que han asolado la industria, la rentabilidad de la gama se ha situado en un 14%, cifra que en Stuttgart quieren incrementar haciendo menos unidades, pero más caras que las actuales.
La próxima generación de los modelos de acceso de Mercedes cambiará por completo el paradigma actual. Los alemanes eliminarán unidades del porfolio, quedando sólo aquellas que resulten rentables a ojos financieros. Como ya se anunció hace tiempo, la extensa flota de modelos ha provocado un problema con las denominaciones. Muchos nombres van a desaparecer. De las siete variantes de carrocería actuales, sólo cuatro sobrevivirán, aunque no sabemos cuáles serán las que siguen y cuáles las que se queden por el camino. Todo apunta a que los SUV GLA y GLB se mantendrán, mientras que el Clase A Sedan podría tener los días contados.
Como parte fundamental de esta nueva estrategia, toda la gama girará en torno a la plataforma MMA. La nueva arquitectura específicamente diseñada para unidades eléctricas será la que dé forma a una familia revisada. Los modelos eléctricos tendrán prioridad, mientras que las versiones térmicas tendrán que adaptarse a la plataforma MMA. Todo lo contrario a lo que ocurre actualmente con la plataforma MFA2, siendo los eléctricos los que tienen que adaptarse a ella.
Mejorar el rendimiento por cada unidad vendida es el gran objetivo de Mercedes, y eso pasa por un camino de dos carriles. Por un lado, como ya hemos dicho, se reducirán las carrocerías. Emplear una plataforma de última generación permitirá a Mercedes ahorrar costes mientras elimina modelos del catálogo. El otro paso (este ya no gusta tanto) es elevar el precio de venta. El Clase A y los modelos de la familia de acceso subirán de precio considerablemente para las próximas generaciones, lo que hará de ellos modelos más exclusivos y caros.
El director financiero de Mercedes, Harald Wilhelm ha reconocido que el margen de beneficios ha crecido en el último año gracias a una reducción en la oferta de modelos y al aumento de precio. El propio CEO de Mercedes, Ola Kallenius, ha reconocido que los precios irán en aumento en el futuro, dejando bien claro el camino de Mercedes en esta particular estrategia: "El punto de entrada a la marca Mercedes en el futuro será diferente al actual".