La situación del mercado europeo e internacional es extraña, tensa. El resurgir de China como superpotencia automovilística ha supuesto un cambio en el status quo tradicional. China es ahora mismo el mercado más grande del mundo. Con más de 30 millones de matriculaciones al año vende más que las regiones de Europa y Estados Unidos juntas. El porvenir de las marcas está íntimamente ligado al éxito chino. Mercedes no está cosechando los registros esperados. Las ventas han caído al igual que los beneficios. En Stuttgart no tiene más remedio que apretarse el cinturón.
En 2023 China representó el 36% de las ventas totales de Mercedes a nivel mundial. Uno de cada tres coches que la empresa vendió fue matriculado en un sólo país. Una señal de la gran dependencia que los alemanes tienen hacia oriente. La aparición de nuevos fabricantes como NIO, XPeng o YangWang han provocado un movimiento de clientes. Mercedes ya no es la única marca premium del mercado chino, ni Audi ni BMW. Hoy los fabricantes locales son capaces de casi igualar, o igualar, los términos premium que siempre han hecho al tridente germano el más grande dentro de la gama superior.
China es la causante de la pérdida en los beneficios de Mercedes
A finales del pasado mes de octubre, Mercedes informó de una caída en sus beneficios. El tercer trimestre no ha sido bueno. Los ingresos del grupo han caído más de la mitad, hasta los 1.720 millones de euros, en comparación con el mismo periodo del año anterior. Las matriculaciones totales se han reducido un 6,7% hasta un volumen de ingresos de 34.500 millones de euros. Ni que decir tiene que en el seno de la compañía esperaban datos completamente diferentes. Ya entonces Mercedes aseguró que iba a prestar más atención a los costes y a la eficiencia.
En Stuttgart quieren remover hasta la última piedra de la empresa. Quieren analizar dónde se puede congelar o recortar el gasto. Un portavoz de la compañía ha declarado a un importante periódico alemán sus medidas de austeridad: “en los próximos años reduciremos nuestros costes en varios miles de millones de euros al año". Dicho portavoz no ha querido especificar la magnitud de las cifras. Tampoco se ha querido aclarar si corren peligro los puestos de trabajo. No es la primera señal de debilidad de una marca alemana. Volkswagen ya está trabajando en importantes recortes de personal y gasto.
Mercedes justifica las medidas de austeridad por culpa de la tensa situación que se vive en la industria automovilística. El ya mencionado portavoz ha dejado claro el momento que atraviesa el mercado: “la situación económica sigue siendo extremadamente volátil en todo el mundo. Sólo a través de un aumento sostenido de la eficiencia se puede mantener la solidez financiera y la capacidad de actuar. Un ahorro significativo, incluidos los costes fijos, habría colocado a la empresa en una buena posición inicial. "Continuamos por este camino con calma pero con extrema coherencia". Se recortará y se congelará el gasto, pero sin llegar a medidas extremas de austeridad.
