La semana pasada vio la luz el Mercedes-Benz Vision One-Eleven, un espectacular superdeportivo eléctrico cuyo diseño es una reinterpretación moderna de los míticos C111, unos de los coches más especiales de Mercedes. El diseño, con el frontal en forma de cuña, la parrilla ovalada y unas puertas tipo alas de gaviota, era espectacular. Sin embargo, lo verdaderamente interesante está en lo que no se ve a simple vista: en su propulsor.
En los años 60 y 70 del siglo pasado, Mercedes tuvo varios vehículos experimentales bajo la denominación C111. Se utilizaron para investigar nuevas tecnologías y probar, por ejemplo, motores Wankel (rotativos) y motores turbodiésel. También eran excepcionalmente aerodinámicos y muy ligeros gracias a una carrocería que estaba fabricada con fibra de vidrio y polímeros, otra de las innovaciones que presentaban los C111. En su versión más potente, a finales de los años 70, un C111 con motor V8 llegó a alcanzar 403,78 km/h durante las pruebas.
El Vision One-Eleven rinde un homenaje a aquellos y qué mejor manera de hacerlo que con otra demostración de tecnología puntera, esta vez bien entrado ya el siglo XXI. Es decir, la tecnología es eléctrica, con baterías de altas prestaciones y unos motores eléctricos con una relación peso-potencia absolutamente espectacular.
Este Mercedes es una demostración de la tecnología de los futuros modelos de la marca, no sólo superdeportivos, sino también como base de los futuros eléctricos normales. Un ejemplo son los motores eléctricos de flujo axial, mucho más ligeros y compactos, pero más potentes que los motores de flujo radial que se utilizan actualmente en el 99% de los coches eléctricos. Mercedes lleva años interesándose por este tipo de motores, hasta el punto de que adquirió YASA en 2021, un especialista en este tipo de motores que suministra sus propulsores a fabricantes como Ferrari y Koenigsegg para los SF90 Stradale y Regera.
En un motor de flujo axial, el flujo electromagnético es paralelo al eje de rotación del motor, lo que resulta muy eficiente. En un motor de flujo radial, el flujo es perpendicular al eje de rotación. En comparación con los motores de flujo radial (los más habituales), los de flujo axial tienen reservas de potencia considerablemente mayores y más duraderas, lo que proporciona un nivel de rendimiento muy superior.
Pero no sólo se trata de potencia y par, también de ligereza. A igualdad de potencia, un motor de flujo axial pesa una tercera parte de un motor eléctrico actual. También ocupan una tercera parte del espacio; son similares en diámetro, pero mucho más delgados. Esto abre opciones completamente nuevas para los ingenieros, así como nuevas libertades en el diseño del vehículo. En el caso del Vision One-Eleven, lleva dos motores eléctricos en el eje trasero, aunque está diseñado para poder alojar hasta cuatro de ellos (dos en cada eje). A pesar de su compacidad y ligereza, con la configuración de cuatro motores podría alcanzar una potencia total de casi 2.000 CV.
La otra clave está en su batería. Según Mercedes, el Vision One-Eleven monta "un nuevo concepto" de batería con celdas cilíndricas de alto rendimiento refrigeradas por líquido con una "novedosa química" en la celda, sobre la cual no han dado más pistas. Podría tratarse de baterías de silicio, como las que estrenará el Mercedes EQG, con más densidad energética y una carga más rápida; o podrían referirse, dando un salto más avanzado, a las baterías de estado sólido que Mercedes está desarrollando junto a Factorial Energy. En cualquier caso, hablamos de mejores prestaciones en todos los sentidos, aunque Mercedes no ha querido dar más detalles.
Aunque nos queda la intriga de la tecnología de la batería, Mercedes ha querido dar una pista más sobre los motores: la futura generación de motores de flujo axial YASA se fabricará en la planta de Mercedes-Benz en Berlín-Marienfelde y la marca ha confirmado que estos serán los motores que llevarán los Mercedes eléctricos de altas prestaciones de los próximos años.