Microlino, el coche eléctrico urbano que trae de vuelta el diseño del mítico Isetta, está progresando a pasos agigantados: la startup suiza Micro Mobility que lo comercializa ha anunciado que su pequeño vehículo biplaza ya ha obtenido 8.000 reservas a través de su página web, de las cuales 129 corresponden a clientes españoles. El grueso de las reservas se las reparten entre Alemania (3.257) y Suiza (1.657), sus dos principales mercados. También cabe destacar las 550 de Estados Unidos, mientras que el resto de países se reparten prácticamente un cuarto de las reservas en cantidades menores.
El próximo paso natural para Micro Mobility será confirmar cada una de las reservas que ha recibido su vehículo de cero emisiones pasando un cobro de 1.000 euros como señal y abrir el configurador de vehículos en su sitio web. La empresa empezará cobrando a sus clientes locales para mantener la reserva, por lo que Suiza será el primer país en formalizar la reserva, para más tarde ejecutar las órdenes de compra de los clientes en Alemania, Francia y el resto de países. Con tal volumen de reservas, teniendo en cuenta que el precio del coche parte de 12.000 euros, si se llegan a ejecutar todas ellas, la empresa estaría en disposición de facturar cerca de 100 millones de euros.
El primer Microlino, que será fabricado por la italiana Tazzari, que supuestamente cuenta con el 50% de la participación en la empresa, saldrá de las líneas productivas a principios del próximo mes de octubre. Tras él, 25 unidades en forma de prototipo de producción servirán para refinar los procesos productivos y prepararse para la producción en serie. Los 25 Microlinos estarán destinados para que el público general que esté interesado en el nuevo vehículo eléctrico urbano pueda probarlo. La empresa organizará diversos eventos de pruebas durante el mes de noviembre en diversas localizaciones todavía por determinar.
Mientras tanto, Micro Mobility ha publicado un nuevo vídeo promocional en el que podemos disfrutar de un cara a cara entre el pequeño Microlino y todo un Ferrari en el entorno del casco antiguo de una ciudad. El sorprendente resultado del enfrentamiento saca a relucir las cualidades por las que un pequeño coche eléctrico, con apenas 450 kilogramos de peso, 200 kilómetros de autonomía y 90 km/h de velocidad máxima, puede ser la mejor opción para desplazarse por las ciudades europeas.