La movilidad urbana se está convirtiendo en pequeño pero jugoso campo de batalla para las marcas. Los cada vez más diferentes formatos para moverse por la ciudad se han convertido en el pan nuestro de cada día. Sin embargo, las marcas tradicionales no ven con buenos ojos el mercado electrificado por su baja rentabilidad. Eso nos deja con que marcas secundarias busquen atraer clientes a sus filas. Microlino es una de esas empresas, y su atracción se basa en un modelo tan carismático como único, el sucesor natural del BMW Isseta. Mucho hemos hablado de él durante los últimos años, pero ahora sabemos que oficialmente llegará a España.
En los últimos años hemos asistido al lanzamiento de coches exclusivamente urbanos que han dejado una impronta muy diferente. Desde versiones eléctricas de los habituales microcoches, a otros modelos presentados por gigantes de la industria como el Dacia Spring o el Citroën AMI. El Microlino será un rival de este último gracias a su homologación L7e. Se trata de un cuadriciclo ligero con licencia para poder conducirse desde los 16 años, lo que resulta especialmente interesante para los compradores más jóvenes.
Con sus cuatro ruedas y su puerta frontal, está claro que Microlino ha copiado las bases que hicieron del Isseta un coche único en su especie. Décadas más tarde del modelo alemán, los diseñadores nos presentan un formato reconvertido a lo eléctrico con una apariencia que atraerá miles de miradas. Varios serán los acabados que se presenten en el mercado: Urban, Dolce, Competizione y Pioneer Series. Este último será el más caro y completo de la gama, disfrutando de detalles personalizados. La lista de equipamiento no es muy significativa, pero suficiente para moverse por la ciudad.
Para esos escenarios urbanos el Microlino se moverá como pez en el agua. Su pequeño tamaño permite que sólo dos pasajeros puedan viajar en él, sumando además un maletero con unos 230 litros de capacidad. El equipamiento es bastante limitado, siendo el teléfono móvil el eje principal de toda la estructura, siendo la fuente de navegación y de música única. Un pequeño display a color tras el volante recoge toda la información relativa a la conducción y al estado de la batería y la autonomía esperada.
Mecánicamente hablando el Microlino destaca por su simplicidad. Un pequeño motor trasero se encarga de mover el coche, alimentado por una batería que ofrece una autonomía máxima de 230 kilómetros. Las prestaciones, dada su homologación, también son limitadas, alcanzando una velocidad máxima de 90 kilómetros por hora. Su extravagante fórmula ya ha convencido a más de 35.000 clientes en toda Europa. El Grupo Astara, uno de los principales importadores del mercado español, será el encargado de la comercialización, aunque todavía está por determinar de qué forma se realizará la distribución.
En cuanto a los precios de venta, la marca anuncia que el Microlino básico tiene un coste mínimo de 14.990 euros para el acabado Urban. El modelo Dolce se ofrece desde no menos de 16.390 euros. Los modelos más caros son los acabados Competizione, desde los 18.590 euros, y el Pioneer Serie con una producción limitada a 999 unidades. Cada una de ellas a un precio de 20.990 euros. La producción lleva meses en marcha en la planta de Turín, aunque las primeras entregas no se realizarán hasta el segundo semestre del año que viene.