Hoy en día resulta muy fácil entender que la electrificación es la mejor vía para reducir las emisiones de los coches, pero hace 10 años los pioneros de la industria sentaron las bases que hoy conocemos. Fue entonces cuando un pequeño fabricante japonés se convirtió en referencia internacional al usar una tecnología que hoy es parte corriente de nuestra vida. El Mitsubishi Outlander siempre podrá decir que fue el primer híbrido enchufable de masas. Un modelo que tras años desaparecido por fin vuelve a Europa. Renovado de los pies a la cabeza, esta vez lo tendrá mucho más difícil para triunfar.
Esta misma semana conocíamos la confirmación oficial de su regreso a Europa a partir del próximo mes de octubre, aunque no será hasta 2025 cuando se realicen las primeras matriculaciones. Tres años de ausencia en un mercado cambiante y dinámico se antojan demasiados. ¿Por qué han tardado tanto en tomar la decisión? Eso sólo lo saben en Japón. Problemas económicos, dudas sobre la electrificación europea, otros objetivos… Mitsubishi habrá tenido sus razones para ralentizar la vuelta de uno de sus coches más exitosos. A finales de la década del 2010 el Outlander PHEV era dueño y señor de más de un 70% de cuota de mercado de híbridos enchufables, sólo en España.
La competitividad del mercado ha crecido durante sus años de ausencia
Si, es cierto que los híbridos enchufables antes eran muchos menos que los de ahora, pero ese dato basta para entender la importancia del Outlander no sólo para la marca, sino para el mercado en general. La raíz de su éxito fue, además de una conducción mixta, un precio realmente asequible. En el momento de su retirada, el Outlander PHEV más completo de todos, con el acabado Kaiteki +, estaba disponible desde 41.800 euros. Un SUV de 4,7 metros, bien acabado, con tecnología híbrida enchufable, con equipamiento correcto y una buena habitabilidad. Hoy, un modelo similar cuesta varios miles de euros más, aunque también hay que reconocer que la tecnología ha mejorado mucho.
A pesar de contar con un sistema eléctrico avanzado, el Outlander nunca destacó por su elevada eficiencia. Con apenas 45 kilómetros de autonomía eléctrica homologada, era un coche ideal para los recorridos diarios de corta distancia. Trayectos de ida y vuelta del trabajo donde apenas se consumía gasolina. El problema era cuando el motor de combustión se ponía en marcha. Entonces, el gasto de combustible se disparaba por encima de la barrera de los 8 litros de media. Sumado a un tanque de combustible realmente pequeño, la autonomía total apenas superaba la frontera de los 500 kilómetros. A pesar de ello, se vendió muy bien.
Puede que la falta de rivales disparase su fama, pero el Outlander demostraba ser mejor de lo esperado en muchos aspectos. Eso es lo que esperamos de su reemplazo. Será la cuarta generación que pise las calles españolas, la tercera con tecnología PHEV. Lo hará una década más tarde que el primer Outlander PHEV que se presentó. En cuanto a imagen, a pesar de que Mitsubishi ha lanzado un teaser demasiado oscuro, podemos adivinar fácilmente las líneas ya conocidas del modelo americano. Los japoneses lo presentaron en 2021, por lo que estamos hablando de un modelo ya asentado en el mercado. Mantendrá la filosofía de calidad y equilibrio que ya conocemos con mucho equipamiento destacado y un paquete completo de asistentes y elementos de seguridad.
Gracias a la plataforma CMF, heredada de otros modelos de Nissan y Renault, el Outlander crecerá por encima de la frontera de los 4,7 metros. Como es lógico, Mitsubishi sólo apostará por las mecánicas híbridas enchufables con sistemas de tracción delantera o total. Se espera que monte el mismo conjunto mecánico de su hermano americano. Un esquema capaz de desarrollar 250 caballos de potencia asociado a una batería de 20 kWh de capacidad que ofrece una gran autonomía eléctrica. Sin duda alguna, la clave del éxito será, una vez más, el precio. La competencia del mercado dicta que el precio de salida debería estar en cifras próximas a los 40.000 euros. Hoy el Outlander tiene que hacer frente a muchos más rivales, como el Ford Kuga, el Hyundai Tucson, KIA Sportage, Toyota RAV4, Nissan X-Trail y muchos más. Modelos que no se han tomado vacaciones y han seguido pujando en la categoría.