Tras conquistar el mercado de los coches eléctricos y liderar el cambio de la industria, Elon Musk tiene un nuevo y ya conocido deseo: la conducción autónoma. Uno de los sueños de Isaac Asimov. El magnate norteamericano tiene ese objetivo en mente aunque, en los últimos tiempos, numerosos reveses judiciales han provocado que la compañía reevalúe su enfoque. A pesar de los contratiempos, Musk ha vuelto a asegurar algo que parece muy complicado de conseguir: el próximo vehículo de Tesla será la mayor parte del tiempo autónomo, aunque, por supuesto, ha obviado dar detalles concretos.
Las polémicas declaraciones han tenido lugar durante una jornada de conferencias organizada por Morgan Stanley, uno de los mayores bancos de inversión del mundo. Ante un público muy necesitado de novedades, Musk ha afirmado que los coches de próxima generación basados en la nueva plataforma que se está desarrollando tendrán amplias capacidades de conducción autónoma, superando a los modelos actuales que cuentan con un programa de nivel 2, según la clasificación establecida por SAE (Sociedad de Ingenieros de Automoción).
También es cierto que Musk no ha dado detalles concretos de cuándo se producirá semejante acontecimiento. Al igual que el pasado 1 de marzo en el Investor Day, las vaguedades y la falta de detalles se han convertido en la tónica general de las últimas apariciones del CEO de la compañía. Tesla necesita un plan de mercado concreto con respecto a sus próximos lanzamientos ya que muchos inversores están perdiendo la paciencia con la poca transparencia de la compañía. De hecho, las acciones cayeron más de un 10% por este motivo.
La promesa de Elon Musk no es nueva. Desde 2016, se ha convertido en uno de sus mantras y hace poco hemos podido saber que aquel primer vídeo comercial escondía algunos oscuros secretos. Si avanzamos en el tiempo, el máximo responsable de la empresa aseguró que a finales de 2022 la conducción autónoma sería una realidad en la gama. Ya en el mes de octubre tuvo que desmentirse a sí mismo al asumir la realidad. De hecho, el primer coche con un nivel 3 de conducción autónoma autorizado en Estados Unidos no es un Tesla, sino un Mercedes.
Si nos centramos en el marco judicial, los de Austin tienen numerosos frentes abiertos en los tribunales americanos. A mediados del año pasado un juez castigó a la compañía por emplear una denominación falsa para su programa de asistencia a la conducción. Sea como sea, Musk sigue apostando por esa vía como una fuente importante de negocio para la compañía. La verdad es que tampoco ha especificado qué vehículo será el que equipe tan puntera tecnología, aunque lo más lógico es pensar en el Tesla Model 2 cuyo desarrollo ya ha sido confirmado.
