REE, una pequeña empresa israelí, ha presentado un nuevo concepto de rueda que pretende transformar la manera de hacer vehículos eléctricos y autónomos, y cambiar la manera en que se diseñan las plataformas para coches eléctricos. La idea reside una rueda que agrupa el motor eléctrico, la dirección, la suspensión y la electrónica de control de los sistemas, además del sistema de frenos.
De esta manera, la mayoría de elementos que en circunstancias normales están distribuidos por debajo del capó y el chasis, se concentran en la rueda. El resultado es una plataforma totalmente plana sobre la que construir el vehículo, otorgando mayor libertad de diseño, con posibilidad de distintas configuraciones sin alterar la plataforma, y más espacio para colocar baterías.
Este innovador sistema tiene en total cuatro motores y cuatro cajas de cambio, suspensión activa regulable en altura y dirección by-wire (o por cable) con lo que prescinde del tradicional sistema de dirección asistida con diseño de piñón y cremallera.
Los creadores del proyecto, que llevan trabajando en él seis años, aseguran que con este diseño se consigue un 67% más de espacio para el habitáculo del vehículo al mismo tiempo que se reduce el peso un 33% respecto a una configuración tradicional. Una reducción de peso que, unido a una menor carga sobre las baterías, hace aumentar la eficiencia del vehículo -y por ende, su autonomía-.
REE asegura que este diseño modular es apto para cualquier tipo de vehículo, desde robotaxis hasta camiones eléctricos de 10 toneladas, sin comprometer la seguridad, el confort o las prestaciones y con posibilidad de priorizar en cada tipo de vehículo la característica que más interese.
Aunque sus creadores no han hablado sobre el precio de este chasis, aseguran que a largo plazo reducirá los costes de fabricación para los fabricantes. La plataforma de REE pretende ser aún más polifacética que las plataformas modulares actuales, que pueden adaptarse a multitud de modelos distintos pero no a todos los modelos del mismo fabricante. De conseguir trasladar este diseño a la industria, podría ahorrar miles de millones a los fabricantes; quepa recordar que desarrollar una nueva plataforma desde cero cuesta, aproximadamente, unos 20.000 millones de euros pero puede llegar a costar más de 50.000.
En el comunicado, REE ha asegurado también que ya está trabajando con fabricantes como Mistubishi Corporation, Mushashi, Linamar, Tenneco y NXP.