Nadie puede tener duda alguna que dentro de unos años el mercado automovilístico vivirá con absoluta novedad la presencia de las marcas chinas. Poco a poco fabricantes destacados como NIO se van introduciendo en nuestro día a día, no solo con vehículos atractivos, también con tecnologías que prometen llevarnos al siguiente nivel. Ese es el caso de NIO, que acaba de instalar su primera estación de cambio de baterías en Europa.
El sistema de cambio de baterías siempre se ha visto como una quimera difícil de alcanzar. Un sistema por el cual podamos reponer la autonomía de nuestro coche eléctrico en apenas unos minutos. Un proceso que, en teoría, es como cambiar las pilas del mando de la televisión. Entrar, quitar, poner y salir. NIO siempre ha apostado por esta posibilidad, y tras sumar cientos de miles de cambios en China, llega ahora al viejo continente.
Más concretamente a Noruega, país de reconocida fama internacional por el amplio mercado eléctrico existente. La instalación ha sido anunciada por el propio Florian Otto, Director de Comunicación de la marca en Europa. Por el momento no parece estar operativa, aunque ya está completamente instalada en la calle, con su correspondiente NIO ES8 delante de ella. Una pequeña maniobra publicitaria que advierte el inicio de una nueva era.
NIO is ready! First Battery Swap Station in Europe. Just a few weeks. Game Changer for charging infrastructure. Norway first! Germany soon. Fully recharged within minutes. Here we are! pic.twitter.com/5QIMWn1Vyq
— Florian Otto (@flotto2508) November 12, 2021
No hace tanto que NIO anunció que pronto desembarcarían sus nuevas estaciones de intercambio de batería en Noruega. Solo hace falta echar la vista atrás tres meses para darse cuenta de ello. A principios de julio se anunció que antes de finales de año estarían operativas las primeras cuatro estaciones de carga. Noruega ha sido el primer país en recibirla, el siguiente será Alemania dentro de poco, tal y como ha confirmado el propio Florian Otto.
Para aquellos que no conozcáis el proceso, resulta de lo más sencillo (dentro de la complejidad). El conductor introduce el coche en la estación de cambio, mediante unos raíles el coche queda perfectamente alineado para su posterior elevación. Una vez se sube el coche sobre gatos hidráulicos, el sistema desatornilla la pila gastada, la retira, introduce la nueva y la fija al coche. Un proceso de apenas tres minutos que promete revolucionar el mercado y el sistema de carga.
Todo el proceso se ha diseñado para llevarse a cabo de forma automática, sin la presencia de un ser humano. Anexo al carril de paso de los coches se encuentra un pequeño almacén para las baterías gastadas, que son conectadas a la red para volver a recuperar la energía a la espera del siguiente cliente. Toda una proeza de la tecnología que cuenta con nada menos que 500 patentes para su instalación y desarrollo.