El coche eléctrico no sólo pretende ser sostenible durante sus desplazamientos o a lo largo de la vida útil de este. Lo realmente bueno de la movilidad eléctrica es la recuperación y aprovechamiento de recursos una vez estos hayan cumplido con su servicio. Una economía circular que permite que los coches eléctricos puedan reciclar sus baterías para un segundo uso. El problema, si es que se le puede llamar así, es que las baterías están aguantando mucho más de lo esperado, lo que está obligando a Nissan a retrasar la puesta en marcha de su programa de reciclaje.
El fabricante japonés puede decir con orgullo que fue uno de los pioneros en el campo de la movilidad sostenible. El Nissan LEAF ha sido durante más de una década el eléctrico más popular del mundo. Un creador de masas que ya lleva más de 12 años de servicio. Desde el principio, Nissan planteó el empleo de las baterías como un sistema de economía circular. La compañía garantizaba a los usuarios una durabilidad determinada con el paso de los años ante una posible degradación de la pila, algo que no está ocurriendo, o al menos no tan deprisa como se esperaba.
Nic Thomas, ejecutivo de la compañía, ha afirmado que: “casi todas las baterías que hemos fabricado todavía están en los coches, y hemos estado vendiendo coches eléctricos desde hace más de 12 años”. Al principio de la era eléctrica había muchas dudas sobre qué hacer con las baterías de los vehículos eléctricos en desuso. Casi toda las compañías anunciaron programas de reciclaje que permitían buscar una segunda o tercera vida a la pila antes de que esta no fuese capaz de cumplir ningún servicio.
El asunto en cuestión es que esos programas todavía no se han podido poner en marcha al ritmo que se esperaba, pero el motivo es incluso mejor. El propio Thomas ha comentado: “No tenemos un gran stock de baterías que podamos convertir en otra cosa. Es todo lo contrario de lo que la gente temía cuando lanzamos los vehículos eléctricos por primera vez: que las baterías durasen poco tiempo”. Si tenemos en cuenta que estamos hablando de las primeras pilas instaladas en coches eléctricos, cabe suponer que el problema será incluso menor con las nuevas generaciones de superpilas que montan los coches actuales.
Los ingenieros de Nissan esperaban que tras 10 o 15 años de servicio la batería del automóvil se hubiese degradado tanto que no sería viable su uso. Esa pila sería reemplazada y aprovechada con todavía un 60 o 70% de la carga utilizable. “Sacar la batería y poner una nueva no es una propuesta viable. Es más sostenible sacar la batería del coche, reciclar el coche y reutilizar la batería”. Es decir, Nissan se está replanteando destruir el propio coche antes que instalar una batería nueva para que este se mantenga en circulación.
Sea como fuere, el bendito problema está provocando que la compañía se vea obligada a retrasar los planes programados para la segunda vida de las baterías. Una de las propuestas fue el uso de las celdas reaprovechadas como sistema de almacenamiento de la energía de las grandes fábricas de producción. Este es sólo un ejemplo de los muchos que podemos ver repartidos por el mundo. Mientras que las baterías sigan aguantando, Nissan tendrá tiempo para averiguar qué otros usos se les puede dar a las pilas una vez estas ya no sean aptas.