El fabricante de baterías Northvolt ha anunciado que la actual crisis energética que atraviesa Europa les obliga a posponer los planes que tenían para construir su tercera fábrica europea, unas enormes instalaciones que estaba previsto levantar en el norte de Alemania.
No deja de ser paradójico que hayan congelado un proyecto para fabricar baterías, que irían instaladas en vehículos eléctricos que reducen la dependencia de hidrocarburos de países terceros, un objetivo implícito en la política de reducción de emisiones de la Unión Europea. Sin embargo, el coste de la energía es un factor determinante.
En unas declaraciones al Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung, el cofundador y director ejecutivo de Northvolt, Peter Carlsson, ha dicho que «la fábrica de Heide podría retrasarse». Según el directivo sueco, los actuales precios de la electricidad hacen «peligrar la viabilidad económica de los proyectos de alto consumo energético en Alemania», como es el caso de una fábrica de estas proporciones. Northvolt teme que la crisis energética europea pueda tener efectos a largo plazo.
Northvolt, compañía de origen sueco, estaba llevando a cabo en los últimos años un proceso de expansión que contemplaba tres fábricas de baterías en suelo europeo. El pasado mes de marzo anunció la construcción de su tercera fábrica, una gigafactoría que tendría una capacidad anual de 60 GWh, daría empleo a unas 3.000 personas y empezaría su actividad a finales de 2025.
Ahora la compañía está considerando priorizar la producción de baterías en Estados Unidos. «Queremos seguir siendo un campeón europeo y líder del mercado. Pero ahora estamos en un punto en el que podemos dar prioridad a la expansión en Estados Unidos sobre Europa», explica Carlsson. El jefe de Northvolt reconoce abiertamente que la posibilidad de obtener mayores subvenciones en Estados Unidos es un factor a tener en cuenta: «Deberíamos estudiar en Europa cómo ampliar nuestros instrumentos de apoyo para contrarrestar los incentivos financieros de Estados Unidos». La compañía es propiedad en un 20% del Grupo Volkswagen.
Northvolt había anunciado una inversión de 4.500 millones de euros para esta nueva fábrica. Los gobiernos federal y estatal alemanes habían prometido a Northvolt una financiación de 155,4 millones de euros, pero a Northvolt le parece insuficiente. Según Carlsson, si la Unión Europea quiere fabricar localmente más baterías para vehículos eléctricos, «hay que destinar más fondos a ello».
La compañía sueca había elegido la costa occidental de Alemania, cerca de la frontera con Dinamarca, por su disponibilidad de energía eólica, una fuente de electricidad muy barata (y sin emisiones). Sin embargo, desde la invasión rusa de Ucrania, y debido a la gran dependencia del gas ruso por parte de Alemania, los precios de toda la energía se han disparado. De momento no se ha tomado ninguna decisión en firme. «Estamos manteniendo conversaciones muy intensas y buenas con los gobiernos federal y estatal al respecto. Todos queremos que Heide sea posible», dijo Carlsson. Hasta ahora sólo hay una declaración de intenciones con el gobierno estatal, que ha dado a Northvolt hasta finales de 2022 para tomar una decisión definitiva sobre su gigafactoría de baterías.