En los terrenos próximos a Torslanda, a las afueras de Gotemburgo, Suecia, surge una nueva edificación que promete cambiar el panorama automovilístico europeo: la gigafactoría de Novo Energy, fruto de la alianza entre Volvo y Northvolt.
Esta fábrica se extenderá 130.000 metros cuadrados, aproximadamente 32 hectáreas, una extensión que señala la magnitud del proyecto. Una vez operativa, se espera que la instalación tenga la capacidad de fabricar baterías para cerca de 500.000 vehículos al año, y una capacidad anual de producción de celdas de hasta 50 GWh.
A la cabeza de este proyecto está Adrian Clarke, un veterano de la industria que pasó cerca de ocho años en Tesla, contribuyendo en la supervisión de su gigafactoría en Berlín.
Objetivos
Volvo ha establecido objetivos claros: para 2025, la mitad de sus ventas globales, es decir, aproximadamente 600.000 vehículos, deberán ser eléctricos. Y, para 2030, esperan que toda su oferta sea eléctrica. La colaboración con Northvolt, que ya ha asegurado pedidos por más de 55.000 millones de dólares de compañías como BMW y Volkswagen, parece ser un paso estratégico en esa dirección.
Compromiso ambiental
Una peculiaridad del proyecto es su enfoque sostenible. La planta utilizará agua residual purificada para su sistema de refrigeración. Este método, que involucra el transporte del agua a través de dos tuberías que abarcan 6 km, refleja un esfuerzo consciente por integrar prácticas ecológicas en la producción industrial.
Energía y conectividad
En cuanto a la infraestructura energética, dos empresas locales, Goteborg Energi y Vattenfall, desarrollarán una estación de energía que conectará la gigafactoría a la red eléctrica regional.
Formación especializada
Finalmente, en un esfuerzo por impulsar la formación especializada en el sector, se prevé la creación de un centro de capacitación en electromovilidad y fabricación de baterías en Lindholmen, con la colaboración financiera de la ciudad de Gotemburgo y la región de Vastra Gotaland.