Volkswagen estrenó su plataforma eléctrica MEB con la producción del ID.3, que será la base de muchos otros coches eléctricos del Grupo, dentro de sus cuatro marcas. Sin embargo, aunque parece una plataforma nueva tiene algunas limitaciones que obligan al grupo alemán a pensar en la siguiente generación. La plataforma SSP (Scalable Systems Platform) será su evolución: una arquitectura totalmente eléctrica, totalmente digital y altamente escalable, sobre las que se podrán construir modelos de todas las marcas y segmentos y que responderá a los cuatro puntos clave de su estrategia ACCELERATE: hardware, software, baterías y carga, y será capaz de ofrecer un gran catálogo de servicios de movilidad.
La plataforma MEB es una arquitectura que permitirá al Grupo Volkswagen fabricar todo tipo de modelos a partir de ella, desde los utilitarios urbano (con una plataforma modificada) pasando por los compactos, los SUV y los monovolúmenes. En todos ellos utilizará los mismos componentes, incluida la batería, lo que proporciona una amplia economía de escala, crucial, según la compañía, para hacer rentables los vehículos eléctricos.
Esta plataforma ahora se está utilizando en todo el mundo, produciendo vehículos en Europa, China y Estados Unidos. Para 2022, se ofrecerán 27 modelos basados en ella. Además, a partir del próximo año, el Grupo lanzará sus primeros vehículos basados en la Plataforma Eléctrica Premium (PPE), que aumentará el rendimiento de los vehículos, las autonomías y reducirá los tiempos de carga.
Entre sus inconvenientes está que, por ejemplo, Audi no puede utilizarla en sus vehículos premium, de manera que por ahora tan solo el futuro Q4 e-tron, un SUV eléctrico más pequeño que el e-tron, es el candidato ideal para utilizarla. No le permitirá montar las berlinas que forman parte clave de su gama ni aquellos de alta potencia que precisan de un sistema de recarga ultrarrápida. Técnicamente, tan solo es posible implementar sobre ella dos motores eléctricos, lo que reduce las posibilidades de utilizarlas en variantes de alto rendimiento.
Sobre la plataforma SSP se podrán implementar las futuras tecnologías de movilidad.
Un ejemplo palpable de estas limitaciones es el propio Volkswagen Trinity, un nuevo proyecto de la marca que dará como resultado un modelo que se situará entre el ID.3 y el coche eléctrico de entrada a su gama y que verá la luz en 2026. En principio se basará en una evolución de la plataforma MEB, y que será la base de los coches eléctricos medianos y grandes del Grupo para la segunda mitad de la década, dejando la plataforma MEB-Entry para los coches eléctricos más pequeños
Con la vista puesta en el año 2030, el Grupo Volkswagen ya está trabajando en el desarrollo de una nueva plataforma llamada SSP (Scalable Systems Platform) cuya hoja de ruta se basa en cuatro elementos: hardware, software, baterías y carga, y será capaz de ofrecer servicios de movilidad. El Grupo Volkswagen reducirá la complejidad, aprovechará las economías de escala y las sinergias entre marcas acelerando la transformación de la compañía.
Admitirá la implementación de hasta cuatro motores eléctricos. La compañía la define como "un conjunto de herramientas de propulsión totalmente eléctrica de alto rendimiento para vehículos planos". Como en el caso de la MEB, esta nueva plataforma es también escalable y completamente plana, siguiendo la estructura de monopatín que permite situar la batería en la parte baja del vehículo y alargar la batalla (distancia entre los ejes) lo que permite ofrecer un amplio espacio en el habitáculo para los ocupantes y la zona de carga. Aquí no queda claro a que se refiere el término "plano" que podría referirse a vehículos con poca distancia al suelo, como las berlinas, los hatchbacks o los cupés. Este formato tendría sentido con la imagen preliminar del Trinity que da sensación de ser un sedán muy aerodinámico que se enfocará a la eficiencia energética.
Plataforma PPE de coches eléctricos de Porsche y Audi.
Se trata de una plataforma que no requerirá del desarrollo de ninguna variante más. Será capaz de albergar desde utilitarios hasta berlinas del segmento F, pasando por todos los tamaños y formatos de carrocería. Su valor estará también en su flexibilidad técnica, ya que admitirá desde un solo motor eléctrico hasta cuatro, lo que permite jugar con tracción delantera, trasera o total.
Parte de su desarrollo ya está integrado en la plataforma PPE que Audi y Porsche está desarrollando para sus coches eléctricos medianos y grandes. Se caracteriza por una arquitectura de alta tecnología, altamente escalable. La tecnología ofrecida en la plataforma PPE es similar a la de la MEB, ofreciendo la posibilidad de configurar diferentes posibilidades de tren motriz y baterías,
La plataforma SSP añadirá una avanzada arquitectura de software que reduce el número de centralitas y estandariza el sistema para todos los modelos. También permite alcanzar un nivel 4 de conducción autónoma que es el primero que se puede considerar que no precisa de un conductor detrás del volante.