La compañía inglesa AFC Energy ha concluido con éxito una demostración real y operativa del primer cargador de vehículos eléctricos basado en la tecnología de la pila de combustible de hidrógeno. La unidad de recarga llamada CH2ARGE, es el resultado de 10 años de investigación por parte de la empresa inglesa y tiene potencial para entregar electricidad generada localmente y de origen 100% renovable.
AFC Energy es una empresa centrada en el desarrollo de celdas de combustible a escala comercial que pueden ser implementadas en diferentes sectores. La unidad de carga CH2ARGE incorpora el sistema de celda de combustible de hidrógeno patentado por AFC Energy conectado a un inversor. Este transfiere la energía que se genera al equipo de recarga. Su integración en el sistema de control de AFC Energy habilita la opción de incluir capacidades de recarga inteligente.
El sistema es compatible con un paquete de baterías de 48 V capaz de almacenar la energía para absorber las puntas de demanda, manteniendo la máxima potencia. Esta solución puede trabajar tanto independientemente como conectada a la red. Su carácter escalable permite que se adapte a las exigencias particulares de cada cliente.
Esquema de funcionamiento de la estación de carga para vehículos eléctricos CH2ARGE
En la demostración, que tuvo lugar en el aeródromo de Dunsfold, un BMW i8 fue el primer vehículo eléctrico recargado a través de este sistema. La celda de combustible está dimensionada para proporcionar la potencia suficiente para cargar varios vehículos eléctricos de forma simultánea. Su principal aplicación se establece como punto de recarga de oportunidad en ubicaciones como supermercados, tiendas minoristas o estadios deportivos.
Tras el éxito de la prueba, AFC Energy ya ha comenzado el proceso de comercialización del sistema CH2ARGE. "Se estima que en 2030 podría circularán nueve millones de vehículos eléctricos por las carreteras de Gran Bretaña, en comparación con los 90.000 actuales" ha dicho Adam Bond, Director Ejecutivo de AFC Energy. La empresa confía en que su solución formará parte de una red de estaciones de carga integradas e inteligentes que contribuirán a hacer realidad esta transición y cubrir la creciente demanda de energías limpias y generadas de forma local, "superando las graves limitaciones de la electricidad generada centralmente y los desafíos del aumento de la demanda, además de hacerlo con un enfoque de cero emisiones".
El banco de inversión suizo UBS pronostica que la inversión requerida en la nueva infraestructura de recarga será del orden de los 360 mil millones de dólares en los próximos ocho años. Esto es debido al rápido crecimiento del mercado internacional de vehículos eléctricos y los ambiciosos objetivos de los gobiernos para su despliegue a corto plazo.
En Reino Unido, el gobierno pretende que en 2030 el 50% de los vehículos nuevos sean eléctricos. Diez años más tarde, en 2040, serán eléctricos el 100% de los vehículos que se vendan. Si esto se cumple, la National Grid, operadora del sistema eléctrico, prevé que para entonces habrá 36 millones de vehículos eléctricos en circulación. Si uno de cada diez de ellos se recarga de forma simultánea, la demanda de electricidad pico alcanzaría los 25,7 GW —suponiendo un tamaño de batería promedio entre los modelos a la venta actualmente—. Esto supone la producción completa de casi ocho centrales nucleares o de 98 parques eólicos. La gran inversión que esto supone para las redes nacionales de generación y distribución de energía obliga a buscar otras opciones innovadoras basadas en la generación y la distribución local de energías limpias.