Uno de los grandes proyectos de Porsche en su transición hacia el coche eléctrico es la llegada de la nueva generación del Porsche 718, que será el primer deportivo eléctrico de la marca alemana.
Un proyecto que, sin embargo, ya está sufriendo importantes retrasos. Y si estaba previsto que el nuevo Porsche 718 llegase a los concesionarios a finales de 2025 -tanto en su versión coupé Cayman como en la descapotable Boxster- y, sin embargo, se retrasará hasta 2026.
Y es que mientras los técnicos de la marca alemana siguen con la puesta a punto de este deportivo eléctrico, que será clave para Porsche, existen dos circunstancias principales en el mercado que han causado el retraso del lanzamiento de este futuro coche eléctrico.
La batería, encargada al principal fabricante europeo que, ahora, se ha declarado en quiebra
La primera de estas cuestiones, según explican desde el portal francés L’Argus, tiene que ver con el pack de baterías del próximo 718. La marca alemana se lo había encargado a Northvolt, una empresa sueca especializada en baterías de la que, en 2019, el Grupo Volkswagen -propietario de Porsche- se había convertido en el principal accionista, haciéndose con el 21% del accionariado de la compañía.
En 2021, y en plena fiebre del futuro eléctrico, Volkswagen se comprometió a adquirir 14.000 millones de euros en baterías para sus coches eléctricos a esta empresa. Pero, en los últimos años, Northvolt -fundada en 2015- ha visto como BMW le retiraba un importante encargo, arrastra graves problemas económicos que le han llevado a anunciar una reducción del 20% de su plantilla y, a modo de protección contra sus acreedores, incluso se acaba de declarar en quiebra.
De esta forma, el pasado mes de noviembre, Volkswagen abandonaba su puesto en la junta directiva de Northvolt y reducía significativamente su participación en la empresa. Como consecuencia de todo lo anterior, Porsche ahora mismo no tiene proveedor para la batería del 718 eléctrico. Y aunque posibles proveedores no le faltan, la adopción de una nueva batería supondrá un periodo de desarrollo añadido.
Los clientes de Porsche no quieren, por ahora, coches eléctricos
Por otro lado, la desaceleración de la demanda de coches eléctricos no sólo está afectando a marcas generalistas, como Ford; o premium como Mercedes.
También lo hace con marcas históricas de deportivos como Lotus -que optará por desarrollar en los próximos años super coches híbridos en vez de nuevos coches eléctricos- o incluso con la propia Porsche, que mantendrá vivos sus deportivos con motor de combustión más tiempo del que tenía previsto en principio.
Una de las mayores advertencias respecto a este tema llegó para la marca alemana el pasado mes de octubre, tras la presentación de los resultados económicos del tercer trimestre de la marca de Stuttgart. Allí se supo que el primer coche 100% eléctrico de la marca, el Porsche Taycan, había reducido sensiblemente sus ventas, y de forma más notoria incluso en el importante mercado chino.
El director de Finanzas de Porsche, Lutz Meschke, señalaba la razón detrás de este descenso: “Muchos clientes en el segmento premium y de lujo mantienen el interés en los coches con motor de combustión; es una tendencia clara”.
Así las cosas, esta tendencia hará que Porsche se piense dos veces el lanzamiento del Porsche 718 eléctrico y que incluso pueda replantearse, a medio plazo su estrategia de electrificación, que pasaba, para 2030, por hacer que el 80% de sus modelos -excepto el 20% correspondiente al Porsche 911, que ya prepara su versión híbrida- fueran completamente eléctricos.