Esta temporada 2018/2019 las carreras de la Fórmula E tendrán un nuevo formato basado en tiempo, diferenciándose de los ePrix vistos en las cuatro primeras temporadas. Si hasta ahora se trataba de carreras con un número de vueltas determinado, a partir de ahora serán de 45 minutos + 1 vuelta, similares a algunas categorías de resistencia. El hecho de que se lleve a cabo un formato de este tipo muestra el avance que se ha realizado con los monoplazas de Fórmula E y más en concreto con los sistemas de baterías.
Arabia Saudí será la primera prueba del año el 15 de diciembre, pasando más tarde a Marruecos en la primera quincena de enero. Santiago de Chile, México City y Hong Kong son también circuitos confirmados en el calendario antes de comenzar el periplo europeo en el mes de abril con visitas a Roma y París. En mayo habrá dos paradas más en Mónaco y Berlín antes de marchar a la ciudad suiza de Bern. En julio se disputarán dos carreras en el circuito de Nueva York para terminar la temporada.
En la práctica, la duración de las carreras no debería ser muy distinta, pero hay que tener en cuenta que se hace toda la carrera con un solo coche y una sola batería. En temporadas anteriores se establecían unas vueltas determinadas para que los pilotos entrasen en boxes, cambiaran a otro coche con la batería al completo y terminasen la segunda mitad de la carrera. Esto significa que el estado tanto del coche como de la batería es importante, teniendo que prevenirse ante cualquier tipo de imprevistos.
Un ejemplo se vio con claridad en el ensayo realizado en los test de pretemporada en el Circuito de Valencia Ricardo Tormo: se hizo una prueba de 45 minutos + 1 vuelta, pero en la primera vuelta hubo que sacar la bandera roja debido a dos incidentes. Por un lado Daniel Abt golpeó la chicane de neumáticos colocada en la recta de meta, pero por otro y más importante Stoffel Vandoorne se quedó con el coche parado, pero con los sistemas eléctricos aún en funcionamiento.
Esto hizo que hubiera que parar la carrera para llevar el coche con la más absoluta de las precauciones, pues para manipular este tipo de vehículos hace falta tener un cuidado especial. A fin de cuentas, son sistemas muy avanzados de una tecnología que ya tenemos en la calle y que también hace falta tener unos conocimientos especializados. No en vano, en los concesionarios de coches ya hay espacios y operarios dedicados a los coches híbridos y eléctricos puesto que requieren un mantenimiento y unas posibles reparaciones diferentes a las de los coches convencionales.
En casos de bandera roja, será necesario vigilar el estado de los coches, pues en el rato en el que estuvo parada la carrera se produjeron problemas de temperatura que incidieron después en el rendimiento de los coches. En algunos monoplazas se reinició la potencia mientras que en otros no, lo que también afectó al transcurso de la simulación. Son pequeños detalles que han de ser refinados de cara al inicio de temporada el próximo mes de diciembre.
Estos detalles muestran el alto nivel de tecnología punta que tienen estos nuevos monoplazas, capaces de alcanzar unas velocidades mucho mayores que los de la primera generación. Se trata de un gran avance entre un coche y otro, un ejemplo de lo que se ha logrado alcanzar en apenas 4 años para hacer de la Fórmula E un campeonato al más alto nivel dentro de todos los certámenes que organiza la FIA a día de hoy.