Después que la semana pasada viésemos el "hermano menor" EQA circulando por las carreteras de Sicilia, en Italia, ahora Merecedes-Benz ha decidido dar un paso más en el desarrollo de su gama EQ y ha sometido el nuevo SUV eléctrico, llamado EQC, a unas duras pruebas en España. El lugar seleccionado para ello ha sido el desierto de Almería, donde los ingenieros de Mercedes han hecho pasar una "prueba de fuego" al todocamino alemán. Si bien es cierto que las baterías, cuando más sufren es cuando se someten a muy bajas temperaturas -incluso llegando a perder capacidad de carga-, también es necesario que se sometan a rigurosas pruebas a alta temperatura para garantizar que son capaces de soportarlas sin perecer en el intento.
"Con el final del desarrollo a la vista, ahora podemos llevar a cabo otro programa de pruebas extremadamente exigentes con nuestros vehículos de pre serie", comentó Michael Kelz, ingeniero jefe del Mercedes EQC. "Después de las pruebas de resistencia completadas con éxito en invierno a 35 grados bajo cero, confiamos en que las pruebas de calor confirmarán que estamos listos para empezar la producción en serie."
Como decimos, el principal reto es el calor seco del desierto. Mientras las baterías del coche eléctrico se exponen "simplemente" a perder potencia y capacidad de carga con su exposición a un frío extremo, cuando se someten a altísimas temperaturas corremos el riesgo de que puedan sufrir daños o explosiones si no están perfectamente refrigeradas. El foco principal de las pruebas, según aseguró Daimler, se encuentra en el circuito de refrigeración de la batería, en cómo enfrenta ésta las etapas en que se le exige un alto desempeño de potencia y en cómo responde, cuando está prácticamente cargada, a una carga adicional. Además, Mercedes-Benz ha estudiado la influencia que tiene el calor en la autonomía que puede llegar a ofrecer el vehículo y ha realizado pruebas de drenaje de las baterías, descargándolas por completo y estudiado el comportamiento del vehículo en esta situación.
Se espera que el Mercedes-Benz EQC sea lanzado a producción a mediados de 2019, y aunque Daimler no ha dado por el momento una fecha oficial, sabemos que lo hará dotado de una batería con 70 kWh de capacidad energética. Con este paquete de celdas, cuando se anunció la llegada del SUV eléctrico de Mercedes se dijo que homologaría unos 500 kilómetros de autonomía, eso sí, bajo el estándar NEDC ya obsoleto. Con el nuevo ciclo WLTP -mucho más realista que el anterior- que entrará en vigor a partir de septiembre, la autonomía del nuevo EQC rondaría los 400 kilómetros, situándose en la línea de otros modelos del segmento, como el Audi e-tron. Aunque se desconocen las prestaciones exactas que ofrecerá, Mercedes ha prometido una aceleración de 0 a 100 km/h en menos de cinco segundos y tracción total con dos motores eléctricos -uno por eje- que generarán una potencia conjunta de 300 kW (402 CV).
En cuanto al apartado estético, que gracias a las nuevas fotografías tomadas por Daimler durante las pruebas en España podemos discernir un poco más entre el llamativo camuflaje negro y azul eléctrico del EQC de producción, que será fiel a las líneas generales presentadas con el concepto: una curva de techo con una pronunciada caída hacia la zaga, luces led diurnas en forma de "C" en el frontal y líneas, también de led, en los pilotos traseros, que si seguimos la sugerencia del camuflaje, se alargarán por encima de la aleta posterior. En cambio, no hay rastro de la enorme calandra lisa y retroiluminada con el emblema de la estrella que caracterizaba el Mercedes-Benz EQ Concept. Por el contrario, se ha añadido sorpresivamente una parrilla con entradas de aire que son poco habituales en los modelos eléctricos debido a que tienen unas necesidades de flujos de aire muy distintas a los modelos con motor de combustión.