El Rey de Reyes de los todoterrenos se renueva, aunque a primera vista no lo parezca. El Range Rover estrena generación, la quinta, y en ella se introducen importantes cambios que hacen de este SUV un auténtico coche de lujo. La gama mecánica también recibe actualizaciones, incluyendo un tren motriz híbrido enchufable de última generación.
La historia de este icono arranca en el año 1969, cuando Land Rover quiso dotar a su estrella, el Defender de un aire más refinado. El resultado fue tan bueno que durante más de 50 años ha sido tomado como la referencia del segmento. A pesar de seguir en la élite, el estreno de la cuarta generación en 2012 ya marcaba un relevo. En 10 años mucho ha cambiado el mundo de la automoción, y el Range Rover se tenía que reenganchar al carro.
Nueo Range Rover.
Y lo hace sin apenas cambiar su diseño exterior. Los ingleses, al más puro estilo alemán, han tirado de conservadurismo. "No tocar nada cuando sabes que funciona". El nuevo Range emplea casi el mismo diseño que la generación anterior. Un morro muy característico que apenas descubre radicales cambios, y una zaga que sí toma el testigo para ofrecer un aspecto más futurista y refinado gracias a unas luces principales minimalistas en posición vertical.
En realidad, las ópticas posteriores son lo único minimalista de este enorme todoterreno. Exteriormente crece hasta los 5,05 metros de largo, 2,21 metros de ancho y 1,87 metros de alto, con una distancia entre ejes de 2,99 metros para la versión de carrocería corta. Opcionalmente se ofrece el Range Rover LWB (Long Wheel Base) con una carrocería extendida hasta los 5,25 metros de largo y distancia entre ejes de 3,19 metros.
El nuevo Range Rover contará con el habitual portón del maletero dividido en dos.
Dentro se ha seguido el mismo concepto de conservación y adaptación. La imagen interior del nuevo Range Rover es la de un coche moderno y tecnológico con un alto grado de sofisticación. La digitalización toma el control gracias a dos pantallas digitales, una cumpliendo los servicios de cuadro de instrumentos y otra como eje principal del sistema multimedia con un tamaño de 13,7 pulgadas. Parte de las funcionalidades se manejan de forma analógica mediante grandes botones, pensados, una vez más, para ser manipulados con guantes en las frías mañanas de la campiña inglesa.
Land Rover ha trabajado profundamente en la gama mecánica con la intención de ofrecer un modelo evolucionado y adaptado a las normativas más estrictas. Las unidades más eficientes llegan recogidas bajo las denominaciones P440e y P510e. Dos modelos híbridos enchufables con 440 y 510 caballos de potencia, respectivamente. Los dos presentan la misma arquitectura, pero con retoques electrónicos diferentes.
Interior del nuevo Range Rover.
Ambos modelos se basan en una estructura que consta principalmente de un bloque de seis cilindros en línea con tres litros de cilindrada. A él se suma un motor eléctrico de 143 caballos integrado en un cambio de marchas de ocho velocidades. Una batería de 31,8 kWh de capacidad neta se encarga de suministrar la energía, permitiendo rodar en formato 100% eléctrico durante una distancia aproximada de 100 kilómetros hasta un máximo de 140 kilómetros por hora.
En todos los casos la fuerza del tren motriz se deriva a las cuatro ruedas mediante un habitual esquema de tracción total de Land Rover. De serie monta una suspensión neumática de altura variable y, para mejorar el comportamiento dinámico, se incluye un eje trasero directriz con un ángulo de giro máximo de siete grados. Por el momento se desconocen los precios de venta en nuestro país para las versiones PHEV, pues su llegada está programada para mediados del año que viene. El precio de salida se sitúa en los 143.300 euros, sin ofertas o promociones, para la variante diésel D300.