Herbert Diess ya no es el máximo responsable del Grupo Volkswagen. La cúpula del consorcio alemán cesó a Diess tras un periodo de cinco años al frente de su conglomerado de marcas, nombrando, de paso, a Oliver Blume como el nuevo director ejecutivo del grupo. Se trata de una noticia de profundo calado para la industria dado el peso del Grupo Volkswagen en la misma y que ha sucedido en plena etapa transición al coche eléctrico, con todos los retos que ello plantea.
Blume hará efectiva su incorporación al frente del consorcio alemán el día 1 de septiembre y desde entonces orquestará al totalidad de la empresa a la vez que seguirá al frente de Porsche, ya que los mayores accionistas del Grupo Volkswagen (que siguen siendo las familias Porsche y Piech) así han querido que siga siendo.
Oliver Blume ha sido el artífice en gran medida del éxito del que disfruta Porsche estos días. Una situación excelsa que se da en todos los campos para la firma de Stuttgart, tanto en el plano financiero, como en el social/cultural y el tecnológico. Además, se baraja la posibilidad de que Porsche irrumpa en Bolsa a finales de este año, lo que podría acabar por rizar el rizo en Porsche, aunque está por ver cómo se desencadenan los hechos, ya que tras el cambio de tercio que ha tenido lugar dentro del grupo, habría dos empresas distintas comandadas por la misma persona cotizando en el mismo mercado.
Sea como fuere, lo cierto es que los retos que se plantean para el nuevo directivo son los mismos, a grandes rasgos, con los que estaba lidiando Diess de manera exitosa hasta ahora. El Grupo Volkswagen sigue inmerso en una carrera con Tesla, quien en gran parte es el responsable de la transición hacia el coche eléctrico en la que se encuentra la industria del automóvil, mientras que desarrollar un software propio para el conglomerado de marcas del Grupo Volkswagen se sigue antojando una prioridad absoluta.
En este sentido, lo más llamativo se encuentra en cómo lidiará el nuevo CEO del consorcio con todas las situaciones, ya que existen diferencias notables en la manera de entender la transición de la industria entre Diess y Blume.
Y es que, mientras el primero siempre se ha mostrado radicalmente a favor de los coches eléctricos por baterías, y ha llegado a querer seguir el modelo de Tesla hasta el punto de "imitar" su manera de producir coches, el segundo se muestra más neutro en términos tecnológicos, pero también tiene en su palmarés un coche eléctrico tan exitoso como el Porsche Taycan, que recordemos que ha conseguido tomar una relevancia a la altura del propio Porsche 911 dentro de la marca. Todo ello mientras que de fondo Porsche lidera el desarrollo de combustibles sintéticos capaces de funcionar sin liberar emisiones a la atmósfera.
Ha comentado el propio Blume en una comunicado publicado por Porsche: "Estoy muy emocionado de poder liderar tanto a Porsche AG como al Grupo Volkswagen. Mi trabajo estará centrado en los clientes, las marcas y los productos. El componente humano siempre es una prioridad para mí. El espíritu de equipo, la integridad y la pasión son esenciales para el éxito, y esto es aplicable a las marcas y al Grupo en general. El equipo de Porsche puede confiar en mí para dirigir la empresa a largo plazo, también después de una posible oferta pública de venta de acciones. Hemos puesto a Porsche en el camino del éxito en el ámbito tecnológico, financiero y cultural, y nos vemos como un líder en movilidad sostenible".
Así pues, parece que Blume aplicará al Grupo Volkswagen la "fórmula Porsche", la ha llevado al éxito a la firma alemana durante estos estos últimos años.
