Aiways es una de esas nuevas compañías que surgieron de la mano de la electrificación masiva en China. Su fundación data del año 2017. Con sede en Shanghái, la marca está formada por algunos exdirectivos de Volvo en el país, Fu Qiang y Gary Gu. En 2019 se hicieron con el control del 50 % de un pequeño fabricante local denominado Jiangling Holdings por valor de unos 248 millones de dólares. Durante años han estado captando fondos para llevar a buen puerto su sueño de convertirse en un gran fabricante de talla mundial.
La incursión de nuevos fabricantes de coches eléctricos es algo muy positivo para los consumidores, pero las marcas establecidas anteriormente no lo tienen nada fácil ahora, ya que vender sus productos en un mercado tan amplio implica tener que ser competitivos en todos los ámbitos. Aun así las grandes corporaciones tienen capacidades casi infinitas, sobre todo en comparación con pequeños fabricantes que por muy competitivos que sean sus productos, se antojan incapaces de hacer frente a las guerras de precios ni de igualar volúmenes de producción. Este es el caso de Aiways, que ya presenta muchas deudas y una quiebra que acecha en el horizonte.
Se gastaron casi 1.800 millones de euros en la planta de Shangrao, donde actualmente se producen sus dos modelos con una capacidad máxima de 300.000 vehículos por año. También invirtieron en una fábrica de baterías en Changshu para así no tener que depender de ninguna otra compañía. El éxito les llegó rápidamente de la mano del Aiways U5. Un SUV 100% eléctrico que, problemas aparte, es capaz de mostrar una excelente calidad de acabados. Si por algo destacan los modelos de la compañía es por los buenos remates y materiales que presenta. No tienen nada que envidiar al de otras marcas prémium como Mercedes. La relación calidad-precio es una de sus premisas.
Los números económicos
Medios locales informan de que Aiways está sumida en una espiral económica negativa. Se deben pagos de alquileres, a proveedores y, también, a trabajadores. Las nóminas se retrasan porque la compañía no vende coches al ritmo esperado. Desde principios de año, la guerra comercial de coches eléctricos ha llegado a China. Iniciada por Tesla, la batalla de precios ha hecho que muchas marcas reduzcan sus tarifas con el fin de equilibrar la balanza. Las grandes corporaciones lo tienen más fácil gracias a su mayor volumen de producción, pero los pequeños fabricantes palidecen.
Aiways no puede recortar más su margen de beneficio o cada unidad vendida produciría pérdidas. Los registros oficiales de China recogen que la compañía sólo ha vendido 92 unidades en el país a lo largo del primer trimestre de este año, un ritmo excesivamente bajo para mantenerse a flote. La llegada del Aiways U6 no ha supuesto ningún revulsivo comercial y la planta está prácticamente parada ante la falta de pedidos. Se han producido 1.600 despidos en los últimos meses y ni con esas parece que la compañía pueda salir a flote sin la ayuda de una gran corporación.
Los problemas se suceden. En España, Aiways vende sus productos a través del Grupo Astara, uno de los mayores importadores a nivel europeo. Si bien sus vehículso reciben buenas críticas, los precios dificultan su estrategia. Tesla ha puesto el baremo demasiado bajo y, por muy buena calidad que presente el U6, su precio de venta de 49.540 euros hace complicado elegirlo frente a un Model Y. El U5 arranca sus tarifas en los 46.640 euros. No son costes disparatados, pero frente a la competencia poco o nada pueden hacer. No pinta nada bien el futuro para la compañía.
