Los resultados de un nuevo análisis de Transport & Environment (T&E) –organización cuya finalidad es lograr la sostenibilidad en el ámbito del transporte– desvelan la gravedad del incumplimiento de los países de la UE con sus propios compromisos. Muchos países tendrán que comprar créditos por valor de miles de millones de euros a los estados miembros con mejores resultados.
Existe una gran disparidad de compromisos, que van de los más cumplidores como los Países Bajos (que ahora el gobierno quiere debilitar), Reino Unido y España, que tienen planes similares para prohibir los automóviles propulsados por combustibles fósiles, pero sus promesas no son vinculantes. Alemania, en 15ª posición se prepara para rascarse fuertemente el bolsillo; Italia, que quiere promocionar el transporte a gas (que sigue contaminando) o Bulgaria y Hungría que pasan de implementar mejoras e incluso contaminarán más.
Un ranking muy elocuente
El sector del transporte es el que emite más CO2 en la Unión Europea. El nuevo análisis sobre la ambición climática de los gobiernos de la UE, centrado en los objetivos para reducir la contaminación del transporte de los Planes Nacionales de Energía y Clima presentados por éstos a la Comisión Europea, demuestra que no cumplirán con sus propios objetivos de emisiones de 2030. Todos los países deben implementar políticas mucho más efectivas para reducir las emisiones del transporte que las propuestas hasta la fecha.
En la clasificación obtenida, sólo los Países Bajos, el Reino Unido y España, obtuvieron una puntuación superior al 50% en el ranking de borradores de Planes Nacionales de Energía y Clima compilados por Transport & Environment, lo que sitúa a estos países en las tres primeras posiciones de este ranking. La economía más grande de Europa, Alemania, en la 15ª posición, se prepara para pagar miles de millones de euros a otros países por incumplir los objetivos de emisiones de la UE para 2030.
Los Países Bajos se han comprometido a que no se venderán más coches propulsados por combustibles fósiles en 2030 y a reducir las emisiones generales del transporte en un 29% en comparación con los niveles de 2005. Sin embargo, su clasificación en primera posición está supeditada a un borrador de acuerdo nacional sobre el clima que el gobierno ya ha anunciado que debilitará.
El Reino Unido y España tienen planes similares para prohibir los automóviles propulsados por combustibles fósiles en 2040, aunque esto será demasiado tarde para lograr descarbonizar la flota de vehículos en 2050. Gran Bretaña también deja la puerta abierta a los híbridos, y tanto las promesas de España como las del Reino Unido no son vinculantes.
Carlos Calvo Ambel, Director de Análisis y Tendencias en T&E, dijo que según lo presentado hasta la fecha, la mayoría de los planes de clima y energía en el área del transporte de los gobiernos de la UE serán responsables del incumplimiento de los objetivos vinculantes de emisiones de la UE para 2030."Eso significa que podrían ser citados en los tribunales y multados, o se verían obligados a pagar compensaciones económicas por las reducciones de emisiones en otros países de la UE", indicó.
Dentro de los países peor clasificados, Alemania (15º) ha pospuesto la toma de decisiones hasta que se publique la versión final de su plan (que se debe entregar antes de fin de año). Italia (17º) planea impulsar automóviles y camiones propulsados por gas a pesar de que emiten tantos gases de efecto invernadero como los vehículos de gasolina y diésel.
En cuanto a los dos países peor situados en la clasificación, el plan de Bulgaria (27º) no contiene nada para reducir las emisiones de camiones, furgonetas, aviación o transporte marítimo, mientras que Hungría (28º) dice que incrementará sus emisiones de transporte en un 30% por encima de los niveles de 2005.
La Comisión Europea comentará cada Plan Nacional de Energía y Clima antes de finales de junio. Los países deben presentar su plan final antes de finales de 2019. Dado que muchos estados miembros se están posicionando en una senda de incumplimiento de sus objetivos climáticos para 2030, se verán obligados, según las normas de la UE, a comprar créditos por valor de miles de millones de euros a los estados miembros con mejores resultados. T&E considera que no es sólo posible sino también necesario descarbonizar el transporte en 2050 a más tardar.
Carlos Calvo Ambelexplicó que la ola verde de las elecciones de la UE muestra que los ciudadanos europeos quieren que la UE defienda el medio ambiente y luche contra el cambio climático. "La nueva Comisión debería obligar a los gobiernos a rehacer sus planes de clima y energía y exigirles que en su elaboración no ignoren las protestas de nuestros niños y jóvenes en defensa de su futuro", concluyó.
Consideraciones al Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 (España)
Para Míriam Zaitegui, experta en políticas de cambio climático de ECODES, el 26 de junio nuestro gobierno recibirá las recomendaciones de la Comisión europea al PNIEC, pero nuestro gobierno, dice, debe escuchar también las de la sociedad civil.
"Este estudio de T&E resalta carencias en el área del transporte en el caso español como la necesidad de más claridad en cuanto a los biocombustibles que garanticen equilibrio entre sostenibilidad y ambición climática, más medidas para el transporte público, etc. Otros análisis han puesto también de manifiesto sus carencias en este y otros sectores. Es necesario que el gobierno tome buena nota de estos estudios y promueva procesos amplios de participación ciudadana de calidad e informada de cara al PNIEC final", concluye.
En relación al borrador del PNIEC español, Isabell Büschel, coordinadora de Transport&Environment en España, lamenta que dicho borrador no prevé ninguna medida para reducir las emisiones de camiones, ya que fueron responsables de 28% de las emisiones del transporte por carretera en el país en 2016 (camiones y autobuses). También respecto al transporte marítimo, afirma que se menciona de forma muy genérica la promoción de medidas de eficiencia energética, sin incluir más detalles.
En lo que respecta a la nota positiva, para Büschel, estaría en que el borrador del PNIEC español no menciona el uso del gas natural en transporte.