La histórica compañía de coches deportivos se despide, por ahora, de su proyecto de desarrollar un coche eléctrico. Han sido muchas las trabas (principalmente económicas) que ha encontrado McLaren a la hora de adentrarse en este cometido, por lo que su propio CEO ha admitido que su llegada se retrasará varios años, ya que actualmente sólo buscan “el camino de la rentabilidad”.
Estos comentarios de Michael Leiters han llegado con motivo de la celebración del Festival of Speed de Goodwood, hace unos días. El máximo directivo tuvo tiempo para charlar con Autocar y confirmar así unos datos y puntualizaciones sorprendentes con respecto a los planes presentados hasta ahora.
En los últimos meses, es conocido que McLaren ha sufrido serios vaivenes con el lanzamiento de su primer deportivo híbrido enchufable, el Artura. Una serie de problemas en su sistema eléctrico han hecho que la marca tuviese que retrasar su lanzamiento masivo más de lo esperado. Ello ha tenido como consecuencia principal un gran gasto económico para la firma, lo que ha generado un paso atrás para ciertos proyectos. Hasta la fecha, solo han podido entregar 500 unidades de este modelo.
Entre los proyectos retrasados está el del lanzamiento de su primer coche eléctrico, que estaba previsto que llegaría en forma de berlina deportiva con el objetivo de plantarle cara al Porsche Taycan. “Tenemos que llevar primero a la empresa por el camino correcto hacia la rentabilidad. Si estamos en el camino correcto, pensaremos en la extensión en todos los segmentos. Lo llamamos rendimiento compartido”, afirmó Leiters.
Y aunque reconoció que la electrificación, "es una oportunidad de negocio para nosotros, no la veo en un futuro cercano. Lo pensaremos más tarde. Considerando lo que he dicho sobre recapitalización y luego rentabilidad más el tiempo de desarrollo, no llegará antes de 2028”.
McLaren no está en su mejor momento económico y por ello está buscando, antes de iniciar un nuevo proyecto de esta envergadura, dar con la rentabilización de la marca mediante los coches que le piden sus clientes. A esto se une que está actualmente trabajando en modificar ciertas zonas de su planta de Woking para mejorar la calidad de fabricación, lo que supone que esta está produciendo a medio gas’ “2023 será un año difícil para los ingresos y la rentabilidad”, afirmó.
Hasta la llegada de 2028 y la pronosticada expansión de la gama, su oferta se basará en dos pilares fundamentales: el Artura (híbrido enchufable con motor térmico V6) el 750S (de mecánica clásica con bloque V8). Al mismo tiempo, la marca seguirá lanzando coches de producción ultra limitada que puedan vender a precios más caros.
A esos dos pilares se unirá en 2028 el vehículo eléctrico. Sobre este, Leiters afirmó que “no quiero hacer un coche que pese 2.000 kilos y con 2.000 CV, ya que cualquiera puede hacerlo”. La marca buscará presentar un coche eléctrico “comparable a un 750S en cuanto a peso”. Por último, el CEO admitió estar trabajando "en conceptos. Tenemos ideas realmente emocionantes y, si con el tiempo el coche eléctrico está ahí, debe superar lo que podemos hacer con un coche de gasolina”. A esto no sólo se refiere al rendimiento puro, sino también a cómo se conduce el coche y las sensaciones que transmitirá.