Finalmente así será. El Parlamento Europeo ha votado a favor de la prohibición efectiva de vender coches nuevos con motores térmicos en la Unión Europea a partir del año 2035. Los parlamentarios apoyaron así el pasado miércoles la propuesta impulsada de forma previa por la Comisión de Medio Ambiente de la Unión Europea, en la que se ha buscado intensificar la lucha contra las emisiones de gases contaminantes en los vehículos.
Este hecho no hace más que implementar de forma definitiva una normativa que los fabricantes de automóviles ya tenían interiorizada, pues la mayoría de las compañías ya apuestan por una reducción total de las emisiones de carbono para el año 2030, es decir, cinco años antes de lo estipulado por la legislación europea. Ha sido en la asamblea de la Unión Europea, afincada en la ciudad de Estrasburgo, donde se ha dado el carpetazo casi definitivo a esta normativa, la cual exige una reducción del 100% del CO2 para mediados de la próxima década. Esta medida se hará efectiva sobre los 27 países miembros.
De forma paralela, los legisladores de la Unión Europea también aprobaron una medida para reducir un 15% las emisiones de gases de carbono, con respecto al año 2021, de los coches térmicos nuevos comercializados a partir de la segunda mitad de esta década. Esta medida amplía su margen hasta el 55% una vez cruzada la frontera del año 2030, culminando en el año 2035 con un porcentaje total del 100%.
Mientras que el colectivo ecologista Transport & Environment aplaudió todo lo aprobado el pasado miércoles, el grupo VDA, por su parte, formado por varios representantes de la industria automotriz alemana, fue muy crítico con la votación pues, según afirmaron, ignora por completo el hecho de la falta de infraestructura de carga dentro de la región europea. También aludieron a la exclusión de los combustibles sintéticos, ya que estos aún se encuentran en fase de pruebas e incluso antes de mostrar resultados, el Parlamento Europeo ya ha cerrado la puerta a su posible llegada al mercado como posible alternativa a los coches eléctricos.
Según propusieron desde la Comisión Europea el pasado año 2021, y fue aprobado hace apenas un mes, la prohibición total de vender coches térmicos en 2035 tendría una razón de ser, pues, según estimaron, los coches tienen una vida útil de entre 10 y 15 años, lo que supone que los últimos vehículos de combustión vendidos en 2035 cumplirían el fin de su ciclo vital en el 2050, año en el que la Unión Europea pretende tener cero emisiones netas de CO2 sobre todos los sectores dentro del territorio europeo. Actualmente, según firmó la misma comisión, los automóviles representan el 12% del total de gases emitidos en Europa.
Una vez el Parlamento Europeo ha respaldado la medida propuesta inicialmente por la Comisión de Medio Ambiente de la Unión Europea, tan solo quedará la aprobación por parte de cada uno de los países miembros para dar por finalizado el acuerdo de esta normativa y comenzar a redactar la legislación pertinente sobre los requisitos que llevará a cabo la misma. Algo que se espera que suceda sin mayores inconvenientes por parte de las diferentes naciones. Esto se cree que pueda ser una realidad a partir del próximo otoño.
La práctica totalidad de firmas automovilísticas ya prevén un descenso generalizado de las emisiones medias de carbono para los próximos años, con la vista puesta de forma decisiva sobre el futuro eléctrico de sus ventas. Recordemos que esta medida aprobada por el Parlamento Europeo también elimina por completo la posibilidad de vender coches híbridos, ya que estos equipan, con mayor o menor protagonismo, motores térmicos. Por ello, a partir de los próximos años se espera que los propios fabricantes disminuyan paulatinamente la inversión destinada a dichos vehículos híbridos y dediquen ese montante al desarrollo de coches eléctricos por completo.