Ganar dinero con los coches eléctricos está demostrándose complicado para una buena parte de los fabricantes. Incluso para la mismísima compañía que revolucionó el automóvil para siempre gracias a la cadena de montaje, que permitió fabricar coches en mayor volumen, con más calidad y un coste muy inferior.
A principios del siglo XX, el automóvil era un invento reservado a las élites económicas. Pero la revolución que supuso la cadena de montaje llevó el Ford Model T a millones de hogares. De paso, Ford se convirtió en una de las mayores empresas del mundo. Sigue siendo un coloso, pero la revolución del coche eléctrico le sigue suponiendo pérdidas cuantiosas.
En la presentación de resultados del tercer trimestre, la división de vehículos eléctricos del óvalo azul, conocida como Ford Model e, registró unas pérdidas de 1.224 millones de dólares (1.135 millones de euros al cambio actual). Desde principios de este año, las pérdidas acumuladas en 2024 se elevan hasta los 3.687 millones de dólares (3.420 millones de euros).
La división, concebida como una escisión dedicada exclusivamente a la movilidad eléctrica de la compañía, ha tenido dificultades para establecer una trayectoria rentable debido a los elevados costes de inversión en desarrollo y las infraestructuras necesarias para la producción de vehículos eléctricos, combinados con una demanda aún moderada.
En el tercer trimestre tuvo una facturación de 1.200 millones de dólares, un 33 por ciento menos que el mismo trimestre del año pasado. Vendieron 32.000 vehículos eléctricos (-11%), lo que significa que Ford Model e pierde unos 38.200 dólares por cada vehículo eléctrico que vende.
Pese a estas pérdidas, Ford asegura que ha conseguido mejoras significativas en cuanto a costes, reduciendo aproximadamente unos 1.000 millones de dólares hasta la fecha. Aunque estos ajustes han ayudado a contrarrestar algunas de las dificultades del mercado, la compañía reconoce que los ingresos aún no son suficientes para compensar las pérdidas de la división de vehículos eléctricos. El sector se enfrenta a una competencia cada vez mayor y una presión constante para reducir precios.
De cara al cierre de 2024, las proyecciones para la división de vehículos eléctricos no son más alentadoras. Ford espera unos beneficios de unos 10.000 millones de dólares para el conjunto de la compañía, pero prevé que la división Model e registre pérdidas de unos 5.000 millones al finalizar el año, lo que implica unas pérdidas de aproximadamente 1.300 millones de dólares para el cuarto trimestre. Pese a las dificultades, Ford dice "confiar en que el tiempo y los ajustes estratégicos permitirán una transformación exitosa" que les lleve a la rentabilidad de su división eléctrica.
La otra cara de la moneda es Ford Pro. La división de vehículos comerciales es la más rentable de la compañía estadounidense con diferencia. En el tercer trimestre facturó 15.700 millones de dólares, con unas ganancias de 1.814 millones, alcanzando un margen de beneficio del 11,6% (14,6% en el acumulado anual). Los vehículos comerciales y profesionales son mucho más rentables que los turismos convencionales. Ford Blue, la división de coches no eléctricos, sigue siendo la mayor por ventas y facturación, pero su margen de beneficio se quedó en el 6,2% en el tercer trimestre (5% en el acumulado de 2024).