El mercado eléctrico internacional parece debilitado. La oferta ha superado a la demanda, o al menos así lo apuntan desde diversas fuentes. Sin embargo, esa teoría no se aplica en China, el mayor mercado de coches eléctricos del mundo. Cada día surge una nueva figura, pero ahora mismo la estrella más rutilante del firmamento es el Xiaomi SU7. La berlina presentada a finales del año pasado es un éxito. La marca no es capaz de cubrir toda la demanda, pero incluso con ese éxito, las cifras demuestran que la compañía pierde mucho dinero por cada coche nuevo que vende. Una tendencia negativa que seguirá durante los próximos años.
Desarrollar un coche desde cero como ha hecho Xiaomi es sumamente costoso. Miles de millones en gasto no sólo de personal, también en I+D, equipamiento, componentes y horas de trabajo. El gasto se dispara para una marca novicia como Xiaomi que poco o nada puede aprovechar de su amplio departamento tecnológico. Lei Jun, CEO de la compañía, se ha comprometido a invertir más de 10.000 millones de dólares en fabricación de automóviles. Cabe la pena recordar que los chinos ya trabajan en un segundo producto, un SUV que conoceremos a finales de este mismo año.
Pérdidas significativas que deberían tornarse en beneficios rápidamente
A pesar de la juventud de la compañía en la industria del motor, Xiaomi ha alcanzado el éxito con su primer trabajo. El SU7 se ha vuelto tremendamente popular entre los conductores chinos. Ofrece tanto equipamiento como rendimiento y tanta calidad como economía. Sus características han llamado la atención de todo el mundo. La demanda ha sobrepasado las expectativas de la compañía, que se ha visto obligada a elevar la producción repetidas veces. Para 2024 esperaban producir 100.000 unidades del SU7, ahora el objetivo es alcanzar las 120.000 unidades, un 20% más.
Durante el último balance de resultados Xiaomi demostró la gran popularidad de su primer coche eléctrico, pero también dejó patente las pérdidas que sufre y asume. Alain Lam, director financiero de la empresa ha asegurado que tardarán un tiempo en frenar las pérdidas. "En este momento estamos más centrados en nuestro crecimiento que en la rentabilidad". En el segundo trimestre del año, Xiaomi ha registrado pérdidas netas de 1.800 millones de yuanes, 226 millones de euros al cambio, en su departamento de coches eléctricos.
Hasta finales de junio había entregado 27.307 coches, lo que supone que por cada unidad matriculada Xiaomi pierde 60.000 yuanes, unos 7.500 euros. Cifras oficiales de Bloomberg. Aunque es una cifra significativa, es un dato bastante factible de asumir por parte de un gigante como Xiaomi. La economía de escala, la mayor producción y la llegada de un nuevo modelo retornarán beneficios más pronto que tarde. Xiaomi ya tiene planes para expandirse a Europa y a otros mercados. El éxito de la compañía parece casi asegurado, aunque todavía queda por ver cómo evolucionarán sus productos y qué otras sorpresas nos tienen preparados.