Los coches impulsados con baterías son el futuro a corto y medio plazo, pero, como reza el refrán, del dicho al hecho hay un trecho. Todas las marcas apuestan por una fuerte electrificación de sus gamas. Ford necesitaba que esta tendencia se acelerase y, antes de seguir perdiendo dinero, hará recortes y pospondrá grandes inversiones.
Los de Michigan siempre han querido convertirse en uno de los actores principales de la movilidad eléctrica. Su gran ambición es superar a Tesla en su propio terreno y, para ello, a lo largo de estos años, han anunciado grandes sumas de dinero para impulsar su flota eléctrica, conocida como división Model e. A pesar de esos ambiciosos planes, Ford no ofrece una variada oferta eléctrica. El Mustang Mach-e es el que más tira del carro en esta nueva etapa, mientras que la Ford F-150 Lightning está cogiendo velocidad de crucero. A pesar de ello, los problemas son más que evidentes, tal y como reflejan las cifras.
4.500 millones de dólares de pérdidas estimadas para este 2023
Como parte del informe de resultados del tercer trimestre, Ford anunció que la división eléctrica ha sufrido pérdidas por un valor total de 1.300 millones de dólares, sólo en el ciclo de julio a septiembre. Si echamos la vista atrás, vemos cómo esa cifra es, aproximadamente, el doble de la obtenida en el mismo ciclo del curso anterior, a pesar de haber registrado un aumento del 26% en los ingresos. Si tenemos en cuenta los coches que han vendido los americanos en este ciclo trimestral, el resultado evidencia que, por cada unidad vendida, de media Ford pierde 36.000 dólares.
Eso nos lleva a una situación imposible de mantener para cualquier marca. Ante la delicada situación financiera del Departamento de vehículos eléctricos, Ford ha decidido retrasar sus planes y recortar las inversiones. Hasta 12.000 millones de dólares quedarán en el limbo, tal y como indican fuentes próximas. Las inversiones se ralentizarán o directamente se detendrán a la espera de que la situación del mercado cambie. Los primeros pasos serán recortar la producción del Mustang Mach-e, su eléctrico más vendido, y retrasar la construcción de una gran planta de baterías. Con estas acciones espera frenar las pérdidas con sus eléctricos que Ford calcula en 4.500 millones de dólares para este año.
Los concesionarios de la marca han sido los primeros en dar la voz de alarma. Los coches eléctricos no se venden al ritmo necesario como para justificar el gasto. Durante estos años, Jim Farley, CEO de Ford, ha asegurado la viabilidad de su proyecto, auspiciando una paridad de precios entre coches eléctricos y de combustión en 2030. Dada la inestabilidad actual, nadie sabe cómo va a responder el mercado de cara a los próximos años. Muchos fabricantes pierden dinero y la situación es cada vez más delicada. A Mercedes tampoco le salen los resultados de ventas. Los últimos balances muestran pérdidas y nadie es capaz de pronosticar cuánto tiempo podrán aguantar las marcas. Mientras, Tesla y China siguen dominando una industria que podría cambiar mucho en los próximos años.