El motor eléctrico más potente de los dos que pueden propulsar el nuevo Renault Mégane E-Tech se fabricará en la planta francesa de Cléon, cerca de Rouen, donde se producirán la mayor parte de los propulsores de los coches eléctricos de la marca. En este caso se trata de un motor síncrono con excitación externa de 160 kW de potencia (214 CV) que incorpora en su rotor devanados electromagnéticos en lugar de imanes permanentes de tierras raras.
Renault quiere centrar en Francia la mayor parte de la producción de sus futuros coches eléctricos, que probablemente se comercialicen bajo una línea de negocios diferente los de combustión. La planta de Douai, al norte de Francia, donde actualmente ya se ensambla el Renault Mégane E-Tech recibirá la mayoría de sus componentes de instalaciones cercanas, y, en la mayor medida, situadas en la propia Francia. No es el caso de la caja reductora, que en este caso se fabricará en Sevilla junto a la transmisión del Austral.
Por ese motivo, Renault ya realizó las modificaciones necesarias en su planta de Douai. El objetivo era actualizar y modernizar las líneas de producción no solo para el compacto, sino también para futuros modelos eléctricos que vayan llegando al mercado, que serán unos cuantos durante los próximos años, tal y como está marcado en los planes estratégicos de la marca.
La transformación de la planta de Cléon
Una gran parte de los motores eléctricos se producirán en Cléon. La transición a la energía eléctrica en esta histórica fábrica de motores y cajas de cambios, inaugurada en 1958, ya ha comenzado. Desde 2015 ya produce bloques para el Zoe, el Twingo, la Kangoo y la Master. En 2021, de los 934.459 motores que se produjeron allí, el 34% eran eléctricos.
Ahora, esa transformación se acelera con la inauguración de las líneas de producción del 'ePT-160kW', un motor eléctrico de 160 kW, que se utiliza en la versión más potente y con la batería de mayor tamaño del Mégane E-Tech. Un propulsor que también estará presente en el nuevo Scénic, al que se le espera a partir del año 2023.
El motor eléctrico ha sido optimizado respecto a anteriores versiones. Su tamaño se ha reducido en comparación con el del Zoe y su peso es de un 10 % menos. Igual que en este, se trata de un motor síncrono de rotor bobinado con excitación externa que incorpora en su rotor devanados electromagnéticos en lugar de imanes permanentes de tierras raras, lo que lo hace más económico, más sostenible y según Renault más eficiente. Su ventaja es que permiten controlar la potencia del imán que se crea en el rotor y por lo tanto los requerimientos de par en cada momento, lo que los hace aumentar su rendimiento.
Para aumentar la producción de motores eléctricos (e híbridos) en Cléon, Renault ha invertido allí 620 millones de euros desde 2018. Se han renovado 8.000 m² de su superficie productiva, para albergar las nuevas líneas de fabricación del ePT-160 kW. El taller incluye cuatro líneas de montaje y dos líneas de bobinado, con una capacidad de producción de 120.000 motores al año. Pero gracias a su flexibilidad de la instalación, Renault ya ha planificado un aumento de la producción hasta las 240.000 unidades anuales.
A partir de 2024, Renault producirá un nuevo motor eléctrico más pequeño de 100 kW (134 CV) de potencia, destinado a propulsar el icónico R5 en su vuelta eléctrica al catálogo de fabricante francés. Para esa fecha, Cléon podrá producir 500.000 motores eléctricos al año (y algo más de 500.000 híbridos). En 2027, se añadirá un nuevo motor de 200 kW (268 CV) de nueva generación, desarrollado en asociación con Valeo y Valeo Siemens eAutomotive, que no precisa de tierras raras.
Cabe destacar que una parte mecánica importante del Mégane E-Tech, como es la reductora, se fabricará en Sevilla, junto a la caja de cambios del Austral híbrido. Hay que recordar que los coches eléctricos, habitualmente, no incluyen una caja de cambios sino una transmisión que reduce el giro del motor para transmitirlo a las ruedas.