El volante tipo yugo de Tesla, o Yoke, como lo llama la marca, ha sido una de las decisiones más controvertidas de la compañía para con sus coches eléctricos. Cuando se anunció por primera vez, se llegó a dudar incluso de su legalidad en Europa; una vez resuelto el misterio (que no el problema, porque no hubo mayor impedimento para homologarlo), se trasladó a los nuevos Tesla Model S y Model X. En principio, este volante iba a ser la única opción disponible, pero a la vista del descontento entre los clientes, Tesla ha acabado ofreciendo la posibilidad de equipar un volante redondo convencional. En mi caso, he estado probando un Tesla Model X Plaid con el volante Yoke y mi conclusión después de varios días es que elegiría un volante normal. Voy a justificar por qué.
La primera impresión al ver este volante es de asombro. La mayoría de gente que lo ve dice que le recuerda a KITT, el coche fantástico o al volante de un Fórmula 1. Lo que no saben (aunque quizá lo imaginen) es que, más allá de lo estético, este volante es bastante incómodo para el día a día. El coche de Michael Knight (interpretado por David Hasselhoff) era ciencia ficción, un deportivo que ya podía conducir de manera autónoma en los años 80. Y los pilotos de Fórmula 1 apenas tienen que girar el volante para tomar las curvas.
El día a día en la vida real de 2023 es bastante diferente a todo eso. Hay muchas rotondas por todos lados y, cuando tienes que coger una con el Model X Plaid y este volante, desearías haber tomado otro camino. Haciendo el giro de una rotonda se mantiene el volante en un mismo ángulo durante un tiempo; en un volante redondo, aunque esté girado, puedes mantener los brazos y las manos rectos en todo momento. El Yoke te obliga a cambiar el ángulo de las manos en la misma proporción que el volante. Si el volante gira 45º desde su posición 0, las manos se mueven en la misma amplitud, dejándolas a veces prácticamente una por encima de la otra (dependiendo del radio de la rotonda).
No es mucho mejor cuando toca girar en una esquina. Si habitualmente giras con una mano, con el Yoke podrás hacer el gesto de manera relativamente parecida a un coche con volante redondo convencional. Si eres de los que cruza los brazos, con el Yoke es más incómodo ya que no puedes agarrar "de cualquier parte". Esto se podría resolver si Tesla hubiera montado una dirección con desmultiplicación variable en función de la velocidad, como han hecho Lexus y Toyota en el RZ y el bZ4X. De esa manera, girando muy poco el volante a baja velocidad, se puede conseguir un gran ángulo de giro en las ruedas.
Lo que sí resulta incómodo y poco natural en todos los giros es dejar que el volante vuelva a su posición cero con el autocentrado. Normalmente, después de haber girado bastante el volante, dejo fija la mano y el aro del volante va recorriéndola de manera regular hasta volver a su posición. Con el Yoke de Tesla no puedes acompañar pasivamente al aro porque, lo primero, no es completo y en algún momento te quedarás tocando el vacío; y segundo, porque no tiene formas regulares. Aunque dejes la mano quieta, primero chocarás con una de las abruptas esquinas inferiores y luego te quedarás sin referencia por la falta de aro. Llegados a este punto, he de decir que un par de clientes de Tesla me escribieron por redes sociales diciendo que, con el tiempo, te acostumbras al volante y es cómodo.
Aunque si hablamos de perder las referencias, el oro de la competición se lo llevan los intermitentes. A alguien en Tesla, probablemente Elon Musk, se le ocurrió que sería buena idea poner los intermitentes en dos botones hápticos. No es la primera vez que un fabricante de coches utiliza este recurso en lugar de las palancas clásicas y, muy probablemente, no será la última. Pero, por favor, que nunca más utilicen el método de Tesla: poner los dos intermitentes en el mismo lado (el izquierdo, concretamente) y bien juntos. Cuando giras el volante, pierdes totalmente las referencias: el intermitente de la derecha que antes estaba debajo, ahora está arriba y viceversa. Es absurdo. Tal y como están, incluso pasados unos días tenía que seguir mirando el volante para saber dónde estaba cada botón. Hubiera sido mucho más intuitivo poner cada botón del intermitente en su respectivo lado del volante. Aun así, seguiría prefiriendo utilizar una palanca detrás del volante por rapidez y comodidad.
Por último pero no menos importante está el tema de la seguridad. La mayoría de clientes quizá no tengan que dar un volantazo de emergencia para hacer una maniobra de esquiva nunca en su vida. Pero en caso de verte en esa tesitura, el Yoke es probablemente el último volante que querrías tener entre tus manos.
En definitiva, por esta y todas las razones anteriores, elegiría sin duda el volante redondo convencional tanto en el Model S como en el Model X. Se pierden unos puntos en la escala de coche futurista y de factor asombro para quien ve el coche, pero se ganan muchos enteros en comodidad para el día a día.
Aquí puedes leer completa la prueba del Tesla Model X Plaid.