El mercado europeo necesita de manera urgente coches eléctricos de tamaño compacto, carácter asequible y autonomías cercanas a las de los modelos térmicos. Esto es algo que todos los fabricantes saben, pero lo cierto es que no es nada fácil de materializar. Lo complicado que es algo así ha quedado patente esta semana tras la confirmación del lanzamiento de un futuro modelo de este tipo por parte de Renault, el Twingo, así como también el reminder de Volkswagen acerca de que se encuentran trabajando en la misma línea.
Las dos marcas, de las más importantes en Europa, se han propuesto objetivos casi idéntidos a lograr en un tiempo récord, también muy similar. Si Renault anunció que el futuro Twingo eléctrico llegará al mercado a cambio de un precio de menos de 20.000 euros, Volkswagen hará lo propio con un modelo situado por debajo del ID.2 que tendrá un precio idéntico.
Sin embargo, no será hasta 2026 cuando ambos coches den el pistoletazo de salida a su comercialización. Estamos, pues, a dos años vistas de ver estos productos llegar a las calles, lo que aporta aún más valor al coche eléctrico que Stellantis acaba de lanzar al mercado de la mano de Citroën: el ë-C3.
Con este modelo, la marca satisface a todo aquel que se encuentre a la espera de un coche eléctrico que proceda de una marca tradicional, que tenga un precio sensato y que ofrezca prestaciones solventes para un uso mayoritario en entornos urbanos, pero capaz de afrontar salidas a carretera gracias a una autonomía solvente. Ya no tienen que esperar ni a los modelos proyectados por ambas marcas ni tampoco a los más cercanos Renault 5 eléctrico y Volkswagen ID.2, que tardarán aproximadamente un año en comenzar sus entregas.
El ë-C3 fue presentado semanas atrás como el primer coche eléctrico europeo que de verdad es asequible. Se fabricará en Hungría, no en China (como sucede ahora con el Dacia Spring, por ejemplo) y tiene un precio de salida ya establecido en España en 23.800 euros.
Esto signigica que, junto a la cuantía mínima que aporta el Plan Moves III (4.500 euros), estamos ante un coche eléctrico cuyo coste final para el cliente será de 19.300 euros. Sólo el Dacia Spring en su versión Essential está por debajo (cuesta 15.400 euros con la misma ayuda). El MG4, de la china SAIC, contando con la misma aportación del Moves III y campañas promocionales (excepto la de financiación), tiene un precio de 22.980 euros.
Frente a cada uno de estos rivales, el ë-C3 tiene dos claras ventajas (también inconvenientes). El Spring es más barato, pero es un coche del segmento A (más pequeño)que se siente realmente barato de conducir. En comparación con el ë-C3, a buen seguro el francés se percibirá como un turismo de empaque superior al conducirlo. También tiene más autonomía: el rumano homologa 230 kilómetros mientras que el francés se va hasta los 320.
En comparación con el MG4, el modelo francés tiene la ventaja de no ser un coche chino (honestamente), ya que es algo que pesará al público más reacio a los cambios (los de mayor edad, por ejemplo). La autonomía en la variante de acceso del MG4 es similar: 350 kilómetros.
Así pues, hasta la futura llegada de los Renault 5 y Volkswagen ID.2, así como de los más tardíos Twingo e ID.1, el ë-C3 se estará llevando una buena porción de las ventas gracias al paso tan adelantado que ha dado Stellantis. No obstante, aún tienen que llegar coches con una autonomía y precio similares por parte de Peugeot, FIAT y Opel, tal y como ha sido confirmado