Cuando Porsche sacó al mercado el Cayenne muchos se echaron las manos a la cabeza al anticipar el declive de una marca clásica que por aquél entonces estaba sumida en graves problemas económicos. Porsche estaba a punto de desaparecer y fue el Cayenne el que consiguió reflotar la empresa y convertirla en lo que es hoy. El primer SUV de los de Stuttgart demostró que se pueden unir conceptos antagónicos. Considerado por muchos como el coche total, la próxima generación del Porsche Cayenne introducirá una novedad muy importante que ya todos dábamos por hecho. Sin embargo, los alemanes se reservan un as bajo la manga.
Las marcas trabajan a 10 años vista. Los productos que hoy se lanzan al mercado se aprobaron y programaron hace un lustro, pero el mercado cambia muy deprisa. Hoy la inestabilidad rige en el sector. Hace cinco años todo el mundo apostaba por los eléctricos, hoy no tanto. Porsche llegó a asegurar una estrategia muy atrevida: más del 80% de las ventas de 2030 serían 100% eléctricas. Semejante comentario se hizo con el Taycan recién salido y en plena curva ascendente de ventas. Hoy el panorama es bien diferente. La planta de producción ha tenido que reducir su actividad ante la falta de pedidos y es complicado que cumplan con la promesa para finales de la década. Durante esos días también se dio el visto bueno a la primera generación del Porsche Macan eléctrico que ya está entre nosotros.
El nuevo Cayenne será eléctrico, pero Porsche mantendrá con vida el actual
Raro en un alemán, Porsche se lo ha jugado todo a una carta. Si bien el SUV más pequeño de la casa tenía previsto venderse en forma EV e ICE a través de su anterior generación, en Stuttgart han decidido que sólo habrá modelos eléctricos de nueva iteración, precipitando la baja de las unidades de combustión. Sólo el tiempo demostrará la salud comercial. Sin embargo, viendo que la penetración del coche eléctrico es muy diferente a la esperada, no piensan correr riesgos con el coche que les salvó y que hoy por hoy sigue siendo el más vendido dentro de la compañía. La próxima generación del Cayenne será 100% eléctrica. Ya se ha confirmado, aunque todo el mundo lo daba por hecho. Sin embargo, lo que no sabíamos es que Porsche no va a poner todos los huevos en la misma cesta.
Siguiendo la misma estrategia que con el Macan, los alemanes venderán de forma paralela la cuarta generación eléctrica y la tercera generación híbrida enchufable. El modelo actual se mantendrá con vida durante tiempo indeterminado. Los clientes podrán escoger entre un modelo totalmente nuevo y electrificado o un producto anterior muy evolucionado. La compañía ha asegurado que los ingenieros se están centrando en mejorar el V8. El bloque desarrollado en Zuffenhausen será capaz de cumplir con las futuras normativas Euro gracias a las mejoras técnicas que piensan introducir. Esas mejoras, irremediablemente, irán de la mano de sistemas híbridos enchufables que al igual que el eléctrico serán capaces de lucir la etiqueta CERO.
En cuanto al eléctrico, Porsche ya nos ha dado las primeras pinceladas de cómo será. Las primeras unidades de pruebas ya están en la carretera. Todavía quedan millones de kilómetros de pruebas por cumplir. Una etapa crítica que se extenderá casi dos años. El Cayenne eléctrico equipará la plataforma PPE de 800 voltios adaptada a su tamaño. La última estructura desarrollada por los alemanes ofrece tanto rendimiento como flexibilidad. Audi también la emplea en el nuevo Q6 e-tron. Por ahora no han querido aportar detalles de rendimiento, autonomía o capacidad de la batería. Cuestiones críticas en el desarrollo que determinarán si los clientes hacen el salto a lo eléctrico o si por el contrario se mantienen en las versiones ICE electrificadas. El futuro de Porsche depende de este trabajo.